20 Minutos Madrid

EN LAS ENTRAÑAS DE LA LA GALERÍA QUE AÚN SIGUE SIN ESTRENAR

- Alvaro.ortega@20minutos.es / @alvaro_orteega

M-30:

ÁLVARO ORTEGA HERNÁNDEZ

Por la M-30 circulan al mes una media de 32 millones de vehículos, el equivalent­e a todo el parque móvil de España, lo que la convierte en la plataforma de movilidad urbana más transitada de España. De los 32 kilómetros de vía, 10 discurren a través de túneles, siendo la red suburbana más extensa de Europa y la segunda del mundo, después de la de Yamate, en Japón. Para que todo funcione a la perfección, el centro de control de la M-30 recibe 115.000 señales que permiten detectar cualquier anomalía en la vía en cuestión de segundos. Ante estas magnitudes, la pregunta al ingeniero de explotació­n de la M-30 José Luis Muñoz es clara: ¿La vía está preparada para garantizar la seguridad de sus usuarios ante un gran incidente? «Estamos preparados para que, si pasa algo, haya un siguiente día para todos los implicados», contesta. La preparació­n es tal que incluso hay una galería de grandes dimensione­s acondicion­ada para evacuacion­es, que afortunada­mente no se ha tenido que usar.

El cerebro de la M-30 se encuentra en Méndez Álvaro, a escasos metros de la autovía de circunvala­ción. Desde allí, en una amplia sala con varias filas de sillas y un gran panel compuesto de 18 pantallas, se vigila cada metro de esta vía. «En el centro de control monitoriza­mos en tiempo real, los 365 días del año, las 24 horas al día, todas las señales que proceden de los sistemas de control de tráfico que hay en la instalació­n», explica la ingeniera de explotació­n Raquel Bartolomé.

El de Méndez Álvaro no es el único cerebro de la M-30, existe un centro de control redundante que tiene los mismos servicios que el principal y que, en caso de que este se caiga, podría operar con las mismas garantías. En la sala, tan solo hay cinco personas por turno, pues la mayoría de los procesos están automatiza­dos, como la detección de incidentes a través de cámaras con inteligenc­ia artificial, que alertan de cualquier anomalía en la vía. «Se trata del centro de control de túneles más complejo y mejor dotado del mundo desde el punto de vista tecnológic­o», señala Bartolomé. De este modo, si un usuario tiene un accidente, o simplement­e se le avería el coche, antes de que acuda a un poste SOS o llame a emergencia­s, desde el centro de control ya sabrán el lugar exacto en el que se encuentra,

qué servicios puede necesitar y en menos de cuatro minutos ya habrá algún operario para ayudarle.

Desde el centro de control de Méndez Álvaro es posible acceder a las entrañas de la M-30. Un largo pasillo conecta la sala de las pantallas con las escaleras que llevan directamen­te a los carriles de la autovía y a la galería de emergencia. Una escalera de caracol, seguida de una rampa en espiral, permiten bajar unas doce plantas mientras se rodea uno de los grandes respirader­os del túnel.

Después de cinco minutos de descenso, el sonido de los coches se siente muy cerca, pues solo la puerta de emergencia de comprobar el cumplimien­to de la detención de los vehículos en pasos de peatones con semáforo de la ciudad).

Durante este periodo de prueba, fueron captados un total de 358.661 infractore­s, una media de unos 1.400 coches al día que podrían haber sido sancionado­s. Las restriccio­nes de los vehículos más contaminan­tes se han ido aplicando de manera progresiva en la ciudad. El separa este espacio de los carriles de circulació­n. «Estamos detrás de una de las puertas verdes de emergencia que se ven mientras circulamos», explica el ingeniero José Luis Muñoz. «Cuando se abren, lo importante para ir a una zona segura es seguir las indicacion­es. Este túnel está bajo el principal, lo que significa que hay que descender, aunque la lógica nos haga pensar lo contrario», explica.

Al seguir las flechas y bajar un pequeño tramo de escalones, se abre una puerta que da a la galería de emergencia: una réplica totalmente diáfana del túnel superior, donde se siente la circulació­n de los coches sobre las cabezas y la mirada se pierde en el infinito de una curva. «En caso de un incidente grave, las personas del túnel principal, que está justo encima, se evacuarían a esta galería, que es el sitio más seguro y está preparada para todo», detalla Muñoz.

En este túnel, que todavía no ha tenido que utilizarse desde que se inauguró en 2007, hay comunicaci­ones de radio con el exterior, detección de incendios, iluminació­n de emergencia, equipamien­to para los bomberos como en superficie, tres tomas de agua cada 25 metros, caminos alternativ­os y postes SOS. Ante una emergencia, los vehículos de bomberos, policía o las ambulancia­s tienen dos entradas, una a cada extremo de túnel.

Para entender las dimensione­s de toda esta vía que rodea los barrios más céntricos de Madrid, más allá de los túneles, hay que atender a las cifras de equipamien­tos con los que cuenta a lo largo de sus 32 kilómetros. Cuenta con 206 salidas de emergencia, más de 700 postes SOS, 2.500 bocas de incendios, que forman parte de un sistema de 10.000 metros de tuberías, 3.000 extintores, 8.000 puntos de detección de incendios y 100 bombas de drenaje de agua. ●

14 de enero finalizó el aviso para la M-30 y su interior y ayer, 30 de junio, terminó el del exterior de esta vía.

El acceso no permitido a la Zona de Bajas Emisiones de Madrid suponía hasta el 20 de marzo de 2022 una infracción leve de tráfico, que podía ser sancionada con 90 euros (o 45 euros si se abonaba por pronto pago). Sin embargo, con la modificaci­ón de la Ley sobre Tráfico por parte del Gobierno central, se considera una falta grave, lo que se traduce en una multa de 200 euros. ●

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