Más que cansancio
Las causas de la fatiga crónica son desconocidas, no hay una prueba clara para su detección ni existe cura
Imagínate tener un cansancio tan grande, unido a dolor de cabeza y muscular, entre otros síntomas que no te permiten ni levantarte de la cama. Si tienes estos síntomas, podrías estar padeciendo de una condición bastante extraña conocida como el síndrome de fatiga crónica (SFC).
El problema que han encontrado los profesionales de la salud es que los síntomas son tan amplios, que se confunden con otras condiciones, además de que no existe ninguna prueba clínica que sea específica para el SFC. Los médicos tienen que hacer una batería de pruebas para descartar otras enfermedades. De hecho, como verás a continuación, los síntomas son tantos que a este paciente lo podrían ver médicos generalistas, psicólogos, psiquiatras, fisiatras y reumatólogos, antes de ser diagnosticado.
“El elemento característico del SFC es un cansancio o fatiga terrible que le impide al paciente funcionar de manera adecuada. El paciente tiene dolores corporales, de cabeza, está desanimado y le duelen las articulaciones, entre otros”, indicó el doctor José Raúl Rodríguez Santiago, reumatólogo. “El cansancio es tan grande que, en muchas ocasiones, no puede ni siquiera levantarse de su cama. El SFC es una enfermedad de larga duración, de seis meses o más”, explicó.
Las personas con SFC podrían experimentar otros síntomas como: dolor de garganta, zonas sensibles o dolorosas en el cuello o las axilas debido a la inflamación de los nodos linfáticos, dolor muscular, dolor que pasa de una articulación a otra sin inflamación ni enrojecimiento,
pérdida de la memoria o la concentración,
problemas para conciliar el sueño,
cansancio extremo después de hacer ejercicio que dura más de 24 horas.
¿CANSANCIO O FATIGA CRÓNICA?
“La diferencia que hay entre el cansancio y el síndrome de fatiga crónica es bastante sencillo. Si una persona tiene un trabajo donde utiliza mucho su físico o si ha hecho ejercicio fuerte, sentirá cansancio. Sin embargo, esta persona se acostará a dormir y se supone que se levante mejor y que a medida que pasen las horas y los días, se le vaya ese cansancio”, comentó el doctor Rodríguez Santiago. “Sin embargo, esto no ocurre con los pacientes con SFC. Esa persona no tiene sueño reparador. Ese cansancio y esos síntomas no se le quitan por semanas y hasta meses”, enfatizó.
Esta enfermedad tiene la particularidad de que no se conocen sus causas, no hay una prueba clara para detectarla, ni existe una cura. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por siglas en inglés), cualquier persona podría tener el SFC, pero es más común entre aquellos que tienen entre 40 y 60 años, siendo las mujeres el grupo con mayor prevalencia.
VIVIR CON EL SÍNDROME DE FATIGA CRÓNICA
A pesar de que no existe una cura para esta condición, quienes sufren de SFC pueden tomar algunas medidas para disminuir sus síntomas. Estas estrategias, brindadas por los CDC podrían funcionar si se combinan con medicamentos recetados por tu médico:
Mantén un registro para identificar las ocasiones en las que tienes la mayor cantidad de energía. Planifica tus actividades para estos momentos. Mantén cierto nivel de actividad y ejercicio, dentro de tus capacidades. El médico puede ayudarte a planificar un programa de ejercicios para mantener tu fuerza en el nivel que te sea posible. El ejercicio puede ayudar a tu cuerpo y mente.
Permítete reconocer y expresar tus sentimientos, tales como la tristeza, la ira y la frustración.
Pide ayuda a tu familia y amigos. Busca grupos de apoyo o asesoramiento en la comunidad. El médico es otra fuente de ayuda. El apoyo emocional es importante para hacer frente a un problema de salud crónico.
Si tu memoria y concentración se ven afectados, haz listas y toma notas para recordar las cosas importantes. Además, separa más tiempo para las actividades que demandan concentración. Hay medicamentos que pueden ayudarte a dormir mejor, lo que podría mejorar la memoria y la concentración.
No intentes ningún tratamiento nuevo sin hablar con tu proveedor de atención médica. Algunos de los tratamientos que reclaman ser cura para el SFC no se han probado, a menudo son costosos y podrían ser peligrosos.
“Siempre le recomiendo a mis pacientes que tengan un tratamiento multisectorial, donde lo vean varios especialistas de la salud física y mental. Además pueden llevar a cabo terapias de acupuntura, aromaterapia o masajes, entre otros, para lidiar con la condición y mejor su calidad de vida”, concluyó el reumatólogo.