¡QUÉ EMOCIÓN!
Los Nuestros están bien contentos de poder jugar aquí en abril
Llegué al Hiram Bithorn con una trulla de cinco muchachos, todos amiguitos de mi hijo Adrián, de 8 años. Estaban entusiasmados con la posibilidad de ver bien cerca a Yadier Molina, Francisco Lindor, Javier Báez y otros integrantes del Team Rubio que tan hondo caló en ellos como en el corazón de todos los puertorriqueños.
La atmósfera que encontré era liviana, nada de seguridad extrema, ni protocolos. Mucha alegría y fraternidad. Para sorpresa de muchos, las butacas estaban llenas a capacidad de un público que vino determinado a pasarla bien.
El evento comenzó con una competición de jonrones, donde prevaleció el comentarista Jay Fonseca, no sin antes tener que luchar fuertemente con Miguel Morales, quien dejó claro con su actuación que el personaje de “Larry” tiene algo de su vida real.
No faltó nada, incluyendo una hermosa interpretación de los himnos a cargo de Denise Quiñones y Víctor Rivera.
Comenzó el juego. Mi hijo Adrián estaba feliz porque a su madre le había tocado jugar en el equipo de Francisco Lindor, uno de sus favoritos.
Aunque el evento era de entretenimiento, allí todos estábamos tratando de hacerlo lo mejor posible, nos entregamos al juego. Atrapadas acrobáticas, tiradas de cabeza, el truco de la bola escondida, hubo de todo un poco.
En mi caso, me tocó jugar segunda base y todas las bolas que pasaron por allí traté, al menos, traté de atraparlas.
Un momento memorable de la velada lo fue el intercambio de camisetas entre quienes lucían los cuerpos más antagónicos, Jorge Pabón “El Molusco” y Javier Báez.
Todo lo que pasaba en el terreno de juego era aplaudido y disfrutado por los miles de espectadores que abarrotaron las gradas del Hiram Bithorn. No era para menos, nuestros jugadores se entregaron en cuerpo y alma a la causa convocada por Yadier Molina. Firmaron autógrafos, se tomaron fotos, vacilaron y estuvieron dispuestos a hacer lo que fuera necesario para alegrar a la gente.
Mi hijo y sus amiguitos daban testimonio de lo mágico de aquel evento.
A Yadier Molina y a todos los organizadores de este evento, muchas gracias. Desde ya comienzo a practicar para el año próximo...
“En mi caso me tocó jugar segunda base y todas las bolas que pasaron por allí traté, al menos, traté de atraparlas”