UN EDIFICIO Y SU BANDERA
Normando Valentín pone en contexto la renovada estructura en su natal Utuado, y su significado histórico.
En las pasadas semanas, Utuado saltó a la luz pública gracias a la iniciativa de un grupo de comerciantes, quienes decidieron revitalizar un viejo edificio que ubica en el centro del pueblo, al lado del viejo teatro San Miguel.
Por mucho tiempo el inmueble albergó un comercio que se conoció como el Yumurí, que fue un poco de todo. Algunos lo recuerdan como centro de actividades bailables, otros como pizzería o cafetería. En fin, fue un próspero negocio que sucumbió a medida que cerró el cine y otros establecimientos, como el no menos viejo B & B.
La economía en el centro de la Isla viene cuesta abajo hace mucho tiempo, pero esto es un tema para otra ocasión.
Lo cierto es que ese otrora bloque comercial se deterioró rápidamente convirtiéndose en estorbo de fealdad. Sin embargo, comerciantes aprovecharon su antigua y elegante construcción para pintar sobre la estructura la bandera borinqueña.
Esta moda comenzó hace un rato a través de todo el País embelleciendo paredes, edificios y hasta puertas. La monoestrellada está de moda, pero el edificio revitalizado tiene una historia ligada a la bandera.
Corría el año 1950. Nuestra Isla era un mero territorio, igual que hoy, pero sin el perfume del ELA que se estaba gestando. La bandera puertorriqueña no era nuestro símbolo principal. Era la bandera del Partido Nacionalista que había abandonado años atrás la vía electoral para optar por la lucha armada. Su uso constituía un delito, pues estaba asociada a ese grupo catalogado como sedicioso.
Los Nacionalistas pusieron en marcha una revuelta con ánimo de revolución para el 30 de octubre de 1950.
En Utuado, la revuelta se dio con fuerza al igual que en Jayuya, lo que provocó que el entonces gobernador Luis Muñoz Marín procediera a movilizar el regimiento 295 de Guardia Nacional, de aproximadamente cinco mil efectivos tenía, además, cuatro aviones P-47 Thunderbolts con capacidad para bombardear, y ametralladoras calibre 50, que se utilizaron contra las fuerzas nacionalistas de las Isla, especialmente en Utuado.
Estos relatos y memorias fueron recogidos en el libro “La Insurrección Nacionalista de 1950”, de la profesora Miñi Seijo Bruno. Allí encontré detalles de ese día que fue uno activo para los hombres que se levantaron en armas.
Quiero reproducir a continuación el relato del momento.
“Más o menos como a las 7:00 de la noche la Policía fue reforzada con efectivos de la Guardia Nacional, y a las 12:00 de la medianoche dieron directrices para que los nacionalistas se entregaran. Minutos más tarde, estos se rindieron y fueron llevados por la calle Dr. Cueto a la Plaza de Recreo donde fueron despojados de sus pertenencias. De ahí fueron llevados al cuartel, llevándolos por la calle Betances en dirección a la Washington. Allí se percataron de que había muchos guardias nacionales y hasta una ametralladora. Ellos desarmados y con las manos detrás de la cabeza sintieron que, de repente y sin avisar, las autoridades comenzaron a dispararle al grupo. Dejando muertos a cuatro de los nacionalistas que fueron Antonio Ramos, Julio Colón Feliciano, Agustín Quiñonez Mercado y Antonio González González. Heridos a Gilberto Martínez, José Avilés Masanet, Tomás González Candelaria, Eladio Rivera Albarrán, Ángel Colón Feliciano y José Ángel Medina. Los sobrevivientes de este acto fueron arrestados y condenados a cumplir años en prisión. De esta forma, acabó la lucha de los nacionalistas en Utuado”.
El suceso ocurrió frente al edificio que hoy alberga la bandera. La vida en su girar siembre ofrece algo de justicia. Aquellos hombres masacrados por sus ideales y por defender la bandera, condenada en ese entonces, hoy no podrían ver los bellos colores que adornan el edificio que fue testigo de este lamentable suceso, pero servirá para contar la historia de aquellos hombres abandonados a su suerte, mientras los habitantes de mi pueblo dormían o estaban obligados a permanecer en sus hogares encerrados.
“La monoestrellada está de moda, pero el edificio revitalizado tiene una historia ligada a la bandera”