UNAS LÍNEAS PARA BHATIA
Señor Eduardo Bhatia,
Usted no me conoce, ni yo he tenido la oportunidad de conocerlo, pero me gustaría presentarme. Mi nombre es Natasha Ramos Ayala, tengo 21 años y soy estudiante de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Soy de esos estudiantes que para usted no existe, soy completamente egresada del sector público y entré a la UPR al igual que muchos compañeros. Me animo a escribirle luego de haber escuchado sus palabras unas que no solo me dieron rabia y enojo, pero también me llenaron de tristeza saber que usted las dijo. Usted, una de las personas que se supone vele por mi bienestar y el de todos los puertorriqueños. Me parece que durante su entrevista usted mezcló la magnesia con la gimnasia como dice mi abuela para tratar de justificar una medida que usted pretende impulsar y que busca de todas maneras justificar. Según usted, la necesidad de privatizar la administración del sistema escolar público se debe a la incompetencia del Departamento de Educación para administrarlo y a los malos resultados que muestran los estudiantes. Primero, quiero reconocer que tiene razón en cuanto a los pésimos manejos en el DE, pero me gustaría recordarle que eso es culpa completamente de los administradores, entiéndase ustedes desde el Capitolio, y toda la rama ejecutiva. No crea que es solo durante esta administración, ha sido así desde hace décadas (pero casualmente usted también lleva unos añitos trabajando allí). Por tanto muchos de los problemas que vivimos los pasados estudiantes, los presentes estudiantes y los futuros estudiantes provienen desde la central y llegan hasta las escuelas. Escuelas donde existen graves problemas de ausentismo de maestros y estudiantes, donde hay planteles en serio deterioro, donde faltan materiales y donde los currículos no se modernizan. Usted dijo que los estudiantes no saben la tabla del 9, ni escribir ensayos, imagino que según usted todavía pintan con crayolas en superior y los mandan a pegar láminas en las libretas. Por favor, no falte el respeto de esa manera, no le falte el respeto a los maestros de vocación que van a trabajar diariamente a pesar de las adversidades, no le falte el respeto a los niños que toman clases en salones donde la peste de los desagües entra en sus salones todos los días. Mencionó las Pruebas Puertorriqueñas, PPAA, esas que han recibido mil críticas por no estar diseñadas de acuerdo al currículo escolar puertorriqueño y que me gustaría y reto a que la tomen todos los senadores, estoy segura que los resultados los sorprendería. Solo por darle un ejemplo, tomé esas pruebas al menos cuatro veces y le aseguro que preguntaban cosas que para el grado en el que estaba nunca había visto. Es más, le cuento que en grado 11 las tomé y también tomé la Prueba de Nivel Avanzado de Matemática Universitaria. ¿Sabe qué pasó? No aprobé la Prueba Puertorriqueña, pero pasé la de nivel avanzado con la máxima puntuación posible, sí, una prueba que me convalidaba tres créditos universitarios. A diferencia de muchos compañeros y amigos que he hecho en la IUPI, en mi casa nadie había estudiado ahí, unos primos lejanos de mi papá y mi mamá, pero realmente nadie me había hablado de esa universidad hasta que estaba en superior. Podría seguir este escrito inagotable y sin forma de ensayo, pero siento que necesito mas que estas letras, usted necesita vivir, pensar y ponerse en los zapatos de otros para poder comprender. Ya que incluso asistiendo a la premiación de jóvenes de excelencia académica del sector público, no lo cree, menos si le digo que en mi casa desde agosto seremos tres universitarios de la UPR egresados del sistema público. Espero que algún asesor le lea mi mensaje, buen día.