PADRES REVIVEN LA TRAGEDIA DE LA GUAGUA ESCOLAR
“Cuando llegué vi muchos niños acostados y esparcidos en la calle y mucha gente bregando con ellos” :
dre de dos menores que viajaban en la guagua impactada, recordar los duros momentos que vivió le aprieta el pecho y, al mismo tiempo, agradece a Dios que sus niños están bien.
El martes, mientas se encontraba en su trabajo en la armería de la Guardia Nacional, en Ponce, recibió una llamada de su esposa que le hizo sentir que el mundo caía a sus pies en segundos: sus hijos, de ocho y seis años, sufrieron un accidente en la autopista PR-52 cuando chocaron la guagua escolar en la que viajaban y que era conducida por su prima Ángela.
“Salí como un loco para allá y mi prima me llamó para decirme que los nenes estaban bien”, recordó el padre, quien angustiado condujo hasta Santa Isabel para conocer el estado de salud de sus pequeños.
Mencionó que la conductora lloraba mucho y estaba muy nerviosa, pero que a pesar de las contusiones recibidas brindó auxilió a todos los menores.
“Cuando llegué vi muchos niños acostados y esparcidos en la calle y mucha gente bregando con ellos”, narró afectado el padre, quien al llegar buscó entre los niños a sus hijos y no los encontraba.
Recordó que la escena era impactante, una que tal vez muchos solo han visto en películas.
“Vi a mi hijo acostado en el piso y tragué hondo hasta
que me vio y se levantó; luego escuché a la nena llamarme”, relató Gierbolini, quien pensaba únicamente en si los encontraría con vida.
Sobre el suceso, los niños no le han comentado mucho, pues el poco recuerdo que tienen del momento es que sintieron un fuerte impacto y de pronto estaban en el área verde. “Ellos se sientan al frente junto a sus primos, no vieron a los heridos”, añadió.
Con voz entrecortada agradeció el noble gesto de los guardias nacionales Ángel Morales y Eduardo Araya por atender la situación de emergencia.
“Dieron muestra de su valentía, servicio a la comunidad y apoyo al verme histérico”, expresó el padre, quien también agradeció la labor de los policías, paramédicos y de todas las personas que transitaban por el lugar y se detuvieron a dar la mano.
Explicó que sus hijos solo recibieron algunos rasguños y fueron dados de alta el mismo día. Además no han querido tocarles el tema para no revivir la amarga experiencia en sus inocentes memorias.
“Le damos gracias a Dios por su amor y pedimos por
Ileana de Jesús, madre:
mi hijo, por L.A. “Les sigo pidiendo por
está malito... (otro niño) que también
y por los demás niños”
los padres que están sufriendo”, mencionó Gierbolini, quien invitó al pueblo a valorar a la familia porque nunca se sabe cuándo será el ultimo día.
Igualmente, elogió el temple de su prima, a quien describió como una mujer valiente y con gallardía que pudo sacar a parte de los niños de la guagua, aun con sus heridas.
“No juzgamos, nos concentramos en orar por los padres y esos niños que siguen en el hospital”, reiteró el hombre.
De Jesús también se desbordó en palabras de agradecimiento hacia cada persona que, de una forma u otra, ayudó en el rescate de los menores.
“Estoy bien agradecida con el pueblo de Puerto Rico, con el colegio, con todos los ciudadanos que se pararon y dieron la mano. Con el servicio de ambulancias aéreas, con la Policía, con el Centro Médico, con todos que han hecho un trabajo excelente como equipo… dan a conocer que en Puerto Rico hay esperanza, de que Puerto Rico se puede salvar porque hay mucha gente buena que está dispuesta a servir”, puntualizó.