A defender Bahía Ballena
La Reserva Natural de Bahía Ballena en la colindancia entre Guánica y Yauco se ha convertido en el área más reciente de nuestra zona costanera bajo amenaza de destrucción. Esta amenaza de crimen ambiental surge tras la venta de dos parcelas (10 cuerdas de terreno) para el desarrollo de viviendas privadas enclavadas, a su vez, dentro de tres reservas naturales: al norte la Reserva Natural de la Biósfera de Guánica, hacia el sur la Reserva Marina de Guánica y al oeste la Reserva Natural de Bahía Ballena.
Según el biólogo Miguel Canals Mora — quien fungió como Oficial de Manejo de Bosque Estatal de Guánica durante muchos años —son muy pocos los lugares en la región del Caribe donde existen tantas especies en peligro de extinción por unidad de área como en la reserva Natural Bahía Ballena. Entre las especies que anidan y habitan en los terrenos vendidos se encuentran el sapo concho, el guabairo, el lagartijo de rabo azul, el tinglar y otras especies endémicas amenazadas. Otras organizaciones ambientales han expresado su oposición a la venta y la posible construcción de viviendas en esta zona. Al igual que Canals Mora, expertos en el tema advierten que cualquier tipo de construcción o alteración tendría efectos devastadores e irreparables para el ambiente y las especies biológicas que habitan en el área.
Canals Mora explica que por 20 años ha sido prioridad del Departamento de Recursos Naturales (DRNA) adquirir estas propiedades a través del Programa Patrimonio Natural. No obstante, el proceso de adquisición de los terrenos no se pudo completar. Ante esta situación es necesario realizar una investigación exhaustiva sobre la compraventa de estas parcelas de terreno en Bahía Ballena y la viabilidad de que el Estado adquiera los mismos.
Es imperativo y meritorio, además, establecer una política pública clara, inequívoca y estricta para proteger nuestra zona costanera como proponemos en los proyectos de la Cámara 115 y del Senado 32 para una nueva Ley de Costas.
Tenemos que actuar afirmativamente en la protección del ambiente y de nuestros recursos naturales, lo contrario implica exponer a las generaciones futuras al peligro de sufrir daños exponenciales en términos de seguridad humana e integridad ecológica.