El “Hunger Games” de las contrataciones
La emergencia no es sinónimo de cero controles. Cuando emergencias como la del COVID-19 ocurren, algunos gobiernos presionados por la necesidad de responder a la crisis echan por la borda requisitos (precio, calidad, tiempo, cualificaciones) y procesos de compra, escogiendo al primer suplidor que aparezca con una oferta.
Ben Koberna, fundador de EASiBuy, compañía que facilita procesos de compras federales y estatales en Estados Unidos, describe la lucha actual por productos salubristas como el propio “hunger games”. Y es que precisamente en la ausencia de controles y procesos de emergencia, los espacios para la corrupción y el fraude se amplifican. A nivel global, ya se han reportado casos de toda índole, desde doctores apropiándose ilegalmente de equipo médico para sus familias (ej. Estados Unidos), hasta contratos adjudicados a firmas sospechosas (ej. Panamá) y compra de productos falsos (ej. Reino Unido).
La propia Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico indica que, sin los debidos controles, a medida que la pandemia continúe y la distancia entre la oferta y demanda crezca, también aumentará la probabilidad de que los esquemas de corrupción y fraude se agudicen, y hasta evolucionen. El pasado presenta un sin número de experiencias que lo demuestran. Lo hemos vivido en carne propia tras los contratos turbios luego del Huracán María y ahora con contratos de millones adjudicados para comprar pruebas y otros productos, sin controles generales, procesos de verificación de las compañías responsables, o evaluación de alternativas en precio, tiempo y calidad.
Emergencia tras emergencia, expertos en compras como la Red Interamericana de Compras Gubernamentales, recomiendan la transparencia a tiempo, y los sistemas de contrataciones abiertos como una herramienta clave en la protección de recursos.
Sin embargo, la resistencia del gobierno de Puerto Rico hacia la apertura de datos e información sobre los procesos de contratación y uso de fondos de emergencia nos pone en una situación indiscutiblemente vulnerable a la corrupción, limita la habilidad de planificar y ser proactivos en nuestra respuesta, y le da más argumentos al gobierno federal de limitar fondos de recuperación para Puerto Rico.
La respuesta eficiente en momentos de crisis requiere un sistema abierto, y un proceso listo para ayudarnos a responder ágil y proactivamente que asegure que los auditores, fiscalizadores y oficiales de compras puedan ejercer sus roles de manera remota e ininterrumpida. Requiere adiestrar a los oficiales públicos para saber cómo manejar las compras en emergencia. La respuesta ideal es lo contrario al secretismo y la discreción absoluta que presenta el gobierno en la gran mayoría de su gestión, incluyendo en los procesos de compras.
Los sistemas robustos y abiertos de contrataciones les ahorran miles de millones de dólares a los gobiernos, a los ciudadanos y al sector privado, protegiendo y optimizando así los fondos del pueblo. Ucrania, por ejemplo, cuenta con datos abiertos de los procesos de contratación pública desde el 2016, posibilitando así la consolidación y centralización de la demanda y oferta sobre la respuesta. Ambos sistemas ayudan a predecir necesidades, verificar suplidores y planificar de manera más rápida y segura, facilitando comprar en grandes cantidades y con más tiempo para recibir buenas ofertas. A su vez, utilizan la plataforma del gobierno Prozorro Market para publicar sus solicitudes de propuestas (RFPs) y para que todos puedan ver tanto las necesidades estipuladas, como las ofertas presentadas. Por otro lado, Dozorro, el sistema de monitoreo de Transparencia Internacional, ha hecho cambios a su plataforma para poder evaluar en tiempo real compras de emergencia de alto interés y/o riesgo. He aquí un sistema de balances y verdadera fiscalización.
Para permitir estos procesos necesitamos comenzar por transparentar y fortalecer la gestión pública en Puerto Rico. Ahora bien, si a corto plazo Puerto Rico no puede funcionar en escenarios de buenas prácticas de transparencia y fiscalización, sí se puede pedir información clave, y publicarla lo antes posible para su monitoreo. Se pueden crear comités de compra que monitoreen, guíen, y fiscalicen en tiempo real las contrataciones de emergencia, y cuenten con los miembros de las entidades fiscalizadoras y de la sociedad civil. Se pueden desarrollar e implementar estrategias, regulaciones, y guías que incorporen buenas prácticas en emergencia y ayuden a manejar los procesos de contratos y el portfolio de suplidores, para adjudicar contratos de manera justa y transparente. Irlanda, Francia, Japón, Moldavia, Inglaterra, crearon medidas como estas. Existen múltiples alternativas para mejorar nuestros procesos de contrataciones en esta emergencia. No hay excusas.
“La resistencia del gobierno de Puerto Rico hacia la apertura de datos e información sobre los procesos de contratación y uso de fondos de emergencia nos pone en una situación indiscutiblemente vulnerable a la corrupción”