Recomienda estrategia para adelantar un cambio de status
Estaremos perdiendo tiempo y recursos valiosos para desarrollar nuestro país mientras siga el partidismo y el enfoque de gobierno para un cambio de status político, ya sea la estadidad, libre asociación o independencia.
Washington D. C. (Distrito de Columbia) y capital federal de Estados Unidos, fue fundada en 1790. Opera bajo el artículo I de la Constitución, la cual da derecho al Congreso de una “jurisdicción exclusiva” del Distrito formado por terrenos cedidos por Virginia y Maryland. No es estado, mucho menos territorio no incorporado como Puerto Rico. Sus residentes mayoritariamente son ciudadanos americanos nacidos allí, pagan impuestos federales, pero no tienen representación en el Congreso y, a pesar de todos los referendos, la estadidad le ha sido denegada. Hay varias razones para ello, pero por falta de espacio solo nombraré la más importante.
Según un reciente artículo publicado en The Washington Post: “Si Washington D.C. se convierte en estado, tendría derecho a dos senadores en la Cámara alta y a un representante en la Cámara baja del Congreso. Este número es el mínimo obligatorio que le corresponde a un estado, sin importar la cantidad de sus habitantes. La población del D.C. es de 658,893 habitantes, según el Censo de 2014. La aprobación de la categoría de estado para el D.C. podría crear resistencia en el Congreso dominado por republicanos. Y todo porque los dos nuevos sitios en el Senado que le corresponderían a Washington podrían ser ocupados por miembros del Partido Demócrata. Esto se debe al resultado abrumador que mostró Washington D.C. a favor de la candidata demócrata, Hillary Clinton.
Ante este cuadro, ¿cree usted que a EE.UU. le interese anexar a la isla antes que a Washington D.C., teniendo en cuenta las condiciones económicas paupérrimas actuales, la idiosincrasia e idioma propio, y que en varias votaciones se ha demostrado que más de la mitad de los electores aquí no favorecen la anexión? Si somos intelectualmente honestos y nos apartamos del partidismo fanático, la respuesta es no.
¿Qué interés tendría EE.UU. para anexar un territorio bajo estas condiciones? Ni siquiera se puede argumentar que Puerto Rico sería el “Puente de las Américas” porque ese rol ya lo está supliendo el estado de la Florida. Quisiera estar errado, pero lamentablemente creo que no. Mientras, enfoquemos en lo que podamos hacer nosotros mismos como país dentro del status político y la relación existente. En cuanto al status, para producir un verdadero cambio que nos favorezca y nos permita la capacidad de diseño propio, dejando de ser colonia, creo que una Constituyente con completa representatividad es el vehículo adecuado para que el Congreso sin más rodeos, actúe.
Francisco L. Vázquez, Arecibo