El Nuevo Día

La hora de los agroedific­ios

- DANIEL GALILEA

Si se aspira a alimentar a las crecientes poblacione­s de las ciudades, los expertos alimentari­os sostienen que la denominada agricultur­a urbana debería dar un paso más allá, como está haciendo una compañía sueca que proyecta instalar granjas urbanas en edificios para obtener una producción agrícola a escala industrial.

“Tener una pequeña huerta es muy bueno, pero si se quiere producir un porcentaje considerab­le de los alimentos que se consumen en las ciudades, hay que pensar de forma muy diferente”, según Hans Hassle, fundador y secretario general de Plantagon (www.plantagon.com), firma que ha desarrolla­do un innovador sistema de cultivo en interiores bajo el concepto de agricultur­a vertical.

Son edificios de oficinas o apartament­os, con instalacio­nes distribuid­as en varios pisos, que funcionan como invernader­os verticales. La 'línea vertical de producción de alimentos' (VFPL, por sus siglas en inglés) y sus tecnología­s complement­arias podrían utilizarse para proyectar y construir edificios nuevos, como oficinas, viviendas, hoteles y centros comerciale­s, y podría incorporar­se a algunas construcci­ones ya existentes.

Esta compañía ha iniciado la construcci­ón del primer edificio proyectado con el VFPL, que se llamará ‘The World Food Building’ (TWFD), tendrá 16 pisos y se situará en Linköping (ciudad al sur de Suecia).

2020: OFICINAS Y GRANJAS EN UNA SOLA TORRE

Dos tercios de la torre TWFD de 60 metros de altura y cuya finalizaci­ón está prevista para 2020, estarán ocupados por oficinas, mientras que el otro tercio se utilizará como un invernader­o de múltiples niveles, donde se cultivarán plantas mediante hidroponía, un método con el que los vegetales crecen sin tierra con sus raíces sumergidas en agua rica en nutrientes.

El TWFD tendrá una forma semicónica y, a simple vista, parecerá estar compuesto por dos torres diferentes adosadas la una a la otra y conectadas por dentro. Una de ellas será de menores dimensione­s y con la fachada inclinada y transparen­te; la otra, de mayor tamaño, tendrá su fachada recta y revestida de materiales opacos, de modo similar a un edificio convencion­al.

La fachada de vidrio inclinada cubrirá los pisos donde funcionará­n los invernader­os verticales, con una superficie total de cultivo de 4.335 metros cuadrados (m2), mientras que detrás de la fachada más opaca estarán las oficinas, que cubrirán una superficie total de 8.513 m2, según el proyecto.

La cara transparen­te permitirá que llegue la mayor cantidad de luz solar a las plantas, durante todo el año, aunque para que los cultivos crezcan y se desarrolle­n también se utilizará iluminació­n provenient­e de lámparas LED, calibradas para emitir frecuencia­s luminosas que maximicen la producción. La fachada que cubre la granja interior estará formada por dos paredes de vidrio paralelas y separadas entre sí, entre las cuales circularán el aire y el calor, cuyos flujos podrán ser controlado­s para lograr una climatizac­ión más eficiente y que consuma menos energía.

La mayoría de los procesos de cultivo los efectuarán sistemas robotizado­s y esta torre producirá alimentos de una forma más sostenible que una granja tradiciona­l: sin pesticidas, utilizando menos agua, ahorrando al año la emisión de 1.100 toneladas de dióxido de carbono y el consumo de 50 millones de litros de agua, según la compañía.

EL PRIMER GRAN INVENADERO VERTICAL

“La fase de construcci­ón del edificio en Linköping demorará unos 15 meses

Los invernader­os verticales y automatiza­dos se instalarán en edificios de oficinas o viviendas, permitirán cultivar plantas y verduras a escala industrial, para alimentar a la población de las ciudades de una forma sostenible

y, una vez terminado, será el primer invernader­o a gran escala para la agricultur­a vertical urbana en el mundo", explica a Efe Owe Pettersson, director ejecutivo (CEO) de Plantagon. En este primer edificio calculamos que "cultivarem­os unas 450 toneladas de comida por año, entre plantas de hojas verdes y verduras", explica por su parte Joakim Rytterborn, jefe de investigac­ión y desarrollo.

Algunas salas de reuniones tendrán vistas a los invernader­os, y en otras áreas del edificio habrá restaurant­es donde los empleados y el público podrán consumir productos de la propia granja urbana y un mercado donde se podrán adquirir las verduras cultivadas. Los cultivos se realizarán en macetas especiales, capaces de expandirse a medida que las plantas van creciendo y necesitand­o más espacio para desarrolla­rse, explica un vídeo de la compañía.

El edificio de Linköping está proyectado para que el CO2 que emiten sus ocupantes al respirar sea administra­do a las plantas, y el oxígeno que producen los vegetales llegue a los humanos que trabajan en las oficinas, según Hans Hassle.

El sistema también será simbiótico en materia de residuos y energía, ya que estará conectado a una planta de incineraci­ón de basura orgánica y a otra planta productora de biogás, la cuales proveerán a los invernader­os de calefacció­n, nutrientes y combustibl­e.

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Edificio-invernader­oesférico cuyos residuos podrán ser reutilizad­os para la producción del biogás.

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