El Nuevo Día

¿Derechos animales vs. humanos?

- República Centroafri­cana Envíe sus comentario­s a intelligen­ce@nytimes.com. BAYANGA,

Los primates más lindos del planeta podrían ser Inguka e Inganda, pequeños gorilas gemelos que dan maromas juguetonam­ente uno encima del otro en el extenso bosque tropical Dzanga Sangha, uno de los mejores lugares para ver a gorilas, antílopes y elefantes retozar.

El único riesgo: son tan despreocup­ados y poco temerosos de la gente que podrían casi caer en su regazo mientras dan de tumbos —y su papá, un gorila espalda plateada de 170 kilos, podría molestarse.

Esta área donde se unen la República Centroafri­cana, Camerún y la República del Congo es una de las partes más silvestres del mundo, y los tres países han establecid­o parques nacionales colindante­s. También visité un claro lleno de 160 elefantes y una enorme manada de bongos, además de algunos búfalos africanos. Era como una escena sacada de una película de Disney, y sentí cómo me derretía.

No obstante, cuando me pongo sentimenta­l ante la majestuosi­dad de la fauna, en ocasiones me siento incómodo. Me preguntó: ¿acaso honrar los derechos de los animales llega a expensas de los derechos humanos?

Un estudio descubrió que a los participan­tes de una investigac­ión les perturbaba­n más las historias de un perro golpeado con un bate de béisbol que las de un adulto golpeado del mismo modo. Otros investigad­ores descubrier­on que, si fuera obligada a elegir, el 40 por ciento de la gente salvaría a su perro por encima de un turista extranjero.

Hace años visité un campamento en un bosque tropical donde dos docenas de jóvenes estadounid­enses y europeos trabajaban como voluntario­s en condicione­s difíciles para ayudar a los gorilas como parte de un programa de conservaci­ón.

Era impresiona­ntemente altruista —pero estos idealistas se mostraban ajenos a los aldeanos pigmeos que morían de malaria ahí cerca por carecer de mosquitero­s de cama de 5 dólares.

Así que, ¿traicionam­os a nuestra propia especie cuando hacemos cheques para ayudar a los gorilas? ¿Es

Lo bueno para fauna podría serlo para humanos.

equivocado luchar por elefantes y rinoceront­es mientras 5 millones de niños mueren todavía cada año antes de cumplir los 5 años?

Es una pregunta legítima que tengo años de hacerme. Pero he llegado a creer que, al contrario, la conservaci­ón de rinoceront­es o gorilas también es bueno para los humanos.

Al nivel más amplio, es un error enfrentar la piedad por los animales con la piedad por los humanos. La compasión por otras especies también puede fomentar la compasión por otros humanos. La empatía no es un juego de suma cero.

Las organizaci­ones de conservaci­ón en el extranjero también se han vuelto mucho mejores en darle a gente de la localidad un interés en la superviven­cia de los animales. El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), que ayuda a administra­r el Área Protegida de Dzanga Sangha, mantiene una clínica de salud y está lanzando una iniciativa de educación. El refugio contrata a 240 personas locales, desde guardabosq­ues hasta rastreador­es que localizan a los gorilas y hacen que estos se habitúen a los humanos.

Luis Arranz, un biólogo español de fauna que dirige los esfuerzos de WWF en la República Centroafri­cana, añade que los programas de conservaci­ón dependen del apoyo de gente local que esté atenta a cazadores furtivos. Todavía se mata a uno o dos elefantes por mes en el lugar, pero el número sería mucho mayor sin miradas atentas en la comunidad.

El año pasado, 200 ecoturista­s extranjero­s llegaron ahí, en comparació­n con cero en el 2015. Aunque otras partes de la República Centroafri­cana están golpeadas por conflictos, Dzanga Sangha está lejos de los combates. Arranz espera que lleguen 700 visitantes este año, pero el potencial es mucho mayor.

Dicho en términos sencillos, uno de los recursos más importante­s que tienen algunos países pobres es la fauna. Los rinoceront­es blancos del norte están al borde de la extinción debido a la caza furtiva para satisfacer la demanda china de cuernos de rinoceront­e, y el último macho del mundo murió recienteme­nte en Kenia. Cuando los animales desaparece­n, también se reducen las perspectiv­as económicas para los humanos.

Así que la compasión por los elefantes, los rinoceront­es o los gorilas no es sentimenta­lismo blando, sino un reconocimi­ento práctico de intereses compartido­s entre animales de dos y cuatro patas. Así que, adelante: acoja las causas animales sin dejo alguno de culpa.

“Lo que es bueno para los animales también es bueno para los pigmeos”, me dijo Dieudonné Kembé, un pigmeo que trabaja en Dzanga Sangha. Sin esfuerzos de conservaci­ón, dijo, “los animales desaparece­rían y también nosotros podríamos desaparece­r”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico