Entre la debacle y la oportunidad
Tras el huracán, los pocos centros comerciales que fueron abriendo paulatinamente se convirtieron en una especie de refugio para los miles de ciudadanos sin servicio de energía eléctrica, quienes buscaban desesperadamente escapar de la pesadilla diaria que trajo consigo María.
A más de cuatro meses del huracán, esta aún es la realidad para muchos puertorriqueños, considerando que sobre el 40% de la población todavía vive a oscuras.
Pero los propios centros comerciales han sido víctimas de la falta de celeridad en restablecer el sistema energético. Muchos de ellos operan parcialmente mientras otros permanecen prácticamente cerrados.
El tétrico escenario es producto de diversos factores que, además del tema energético, incluyen la lentitud por parte de las aseguradoras en desembolsar el dinero para que los centros comerciales e inquilinos puedan reponerse.
Hoy en portada, la periodista Marian Díaz ofrece una mirada panorámica el sector de los centros comerciales, los retos que enfrentan tras el paso de María y las oportunidades sobre las cuales podrían capitalizar en 2018.
Pese a que el sector ve grandes oportunidades en los fondos que deben entrar a Puerto Rico durante la segunda mitad del 2018, tanto por la vía de dinero federal para la recuperación como por los pagos de las aseguradoras, la celeridad en los trabajos de recuperación y la agilidad con la que se deberían desembolsar los fondos para restaurar sus operaciones figuran como elementos medulares para estimular la economía, retener empleos y controlar la hemorragia migratoria.
La proyección de Puerto Rico en el exterior figura como otro aspecto a cuidar, ya que muchas de las cadenas que operan en la isla toman sus decisiones en sus matrices en Estados Unidos y en ocasiones se dejan llevar por la información que reciben a través de los medios internacionales.
Esfuerzos como los de Empresas Fonalledas, quienes viajaron a Estados Unidos para reunirse con decenas de clientes y mostrarles videos del tráfico que están recibiendo en la isla, son tácticas que se deben fomentar para educar a los inversionistas sobre las oportunidades que hay en Puerto Rico, pese a la debacle provocada por el huracán.
Asimismo, el 2018 será una oportunidad de oro para que muchos negocios puertorriqueños ocupen los espacios que dejen las cadenas del exterior que hayan optado por abandonar la Isla.