Gobierno enfatiza la vulnerabilidad de las zonas costeras
El gobernador realizó ayer un recorrido por el sector Amelia
El gobernador Ricardo Rosselló Nevares llegó ayer hasta el sector Amelia en Guaynabo para solicitarle a los ciudadanos que desalojaran sus hogares ante el paso del huracán María por Puerto Rico. Dicha zona queda a solo pies del mar y es altamente inundable, además de que cuenta con varias residencias en madera y zinc, que podrían ser derribadas por los vientos.
Acompañado por el alcalde de Guaynabo, Ángel Pérez, Rosselló Nevares caminó por el sector tocando puerta por puerta y hablando con los residentes.
Luz María Rodríguez, quien lleva 20 años viviendo en la zona, no quería abandonar su hogar donde vive con su hijo, quien es paciente de salud mental. Al ver que el gobernador entró por el portón de su casa, lo abrazó y comenzó a llorar. Su temor, dijo, es que pierda lo único que tiene.
“Entiendo, pero tiene que proteger su vida. Puede haber muchos daños en la casa, pero después cuando pase, la vamos a ayudar. Lo importante es que ahora se vaya con la gente del alcalde para llevarla a un refugio. Contamos con usted, ¿verdad? ¿Nos va a dejar llevarla a un refugio?”, le inquirió el gobernador, mientras la mujer, todavía abrazándolo y sujetando en sus manos una fotito de uno de sus nietos, asentía con la cabeza.
Los ciudadanos de esta zona serían trasladados al refugio ubicado en la escuela Luis Muñoz Rivera II, que al momento de la visita del gobernador apenas contaba con 10 refugiados. El alcalde indicó que esperaban aproximadamente de 200 a 250 personas en esa escuela, ya que para el paso del ciclón Irma se refugiaron 110 vecinos de la zona.
“Como pueden ver estamos básicamente a nivel del mar. Esto, para que tengan una idea, va a subir seis pies y añádanle a eso oleaje de 25 pies. Todas estas casas que son susceptibles a inundación, que tienen techos de zinc, que tienen techos en madera, lo más seguro sean devastadas. Lo que queremos es asegurar a todos los ciudadanos. Si te quedas aquí durante esta tormenta, son altas las probabilidades de que vas a morir”, fue el llamado del primer ejecutivo.
Una de las que hizo caso inmediato al pedido del gobernador fue Janeika Valderrama, de 21 años, quien lo recibió con su bebé Valentina en brazos. Le dijo que ya estaba haciendo todos los arreglos para irse de su hogar, el cual queda frente a la casa de madera donde vive su padre, José Valderrama, quien también se movilizaría.
“Ya estábamos pensando desalojar. Para el anterior (Irma) también nos fuimos. Me cuesta dejar las cosas de la bebé, pero pues… Me voy a llevar ropa y el corral, donde ella pueda dormir”, expresó la joven, quien no podía disimular su preocupación.
Su padre, de 78 años y quien vive en este sector hace 30 años, dijo que era mejor irse ahora que salir corriendo cuando haya peligro. “Ahora llegamos a algún la’o”, manifestó compungido. “Eso se puede reparar, pero la vida de uno, ahí no es seguro. Un golpetazo y pa’l hospital, y si es que llega uno”, continuó.
Rosselló Nevares destacó en un aparte con la prensa que era doloroso ver la situación de vulnerabilidad en la que viven muchos puertorriqueños y que es lastimoso que tenga que llegar un evento como este para darse cuenta y tomar acción.
Mientras, el alcalde indicó que, aunque se ha limpiado mucho, todavía quedaba tendido eléctrico y árboles que no sabía si podían terminar de recoger. “Se ha recogido bastante, pero como sabes, es apenas una semana (dos), así que pueden existir sus áreas donde no se haya recogido por lo que puede haber escombros”.