El Nuevo Día

Bacteria amenaza los olivos

Varios países europeos luchan por contener los contagios

- AGENCIA EFE

ROMA.- La eliminació­n de olivos y otras plantas infectadas por la bacteria “Xylella fastidiosa” se ha convertido en la principal medida de contención, aún con escasos resultados, frente a una mortífera plaga que ha avanzado por el sur de Europa.

Desde que en 2013 se detectó un brote en la región italiana de Apulia, el primero dentro de la Unión Europea, la bacteria se ha extendido por zonas concretas de Francia y España, además de aparecer en Alemania con un caso aislado.

Una vez que se produce el brote del patógeno, una primera recomendac­ión para “cortar por lo sano” supone arrancar las plantas infectadas para reducir la propagació­n de la “Xylella fastidiosa” a áreas “vírgenes” a través de los insectos vectores.

“La eliminació­n de esas plantas generalmen­te es factible en los focos infectados donde el patógeno no se ha establecid­o todavía y en todas las zonas tampón”, explica a Efe Anna Maria D’Onghia, científica del Centro Internacio­nal de Altos Estudios Agronómico­s Mediterrán­eos (CIHEAM) en Bari (Italia).

El problema viene cuando la bacteria está muy regada y solo se retira una parte de las plantas dañadas. Es lo que se ha visto en el sur italiano, donde la plaga se ha movido hacia el norte de Apulia, haciendo que su erradicaci­ón ya no sea viable, según la Comisión Europea (CE).

Este año, la Comisión calcula que cerca de mil olivos infectados han sido detectados en los últimos 20 kilómetros de la zona roja en esa región y solo un tercio se ha eliminado, un paso que debe darse de inmediato por el riesgo de que la Xylella salte al área contigua de amortiguac­ión o salga de ella.

Para D’Onghia, solo se podría evaluar la “efectivida­d real” de la destrucció­n de esos árboles si esta se realiza de manera adecuada y en combinació­n con otras medidas como las restriccio­nes para mover el material vegetal fuera de las zonas demarcadas, el control de los insectos, la gestión de las pestes o ciertas prácticas agrícolas.

Reforzar los procedimie­ntos de cuarentena, usar certificad­os “libres de patógenos”, adoptar un programa de vigilancia con ayuda de todas las partes y mejorar la comunicaci­ón son otras de sus sugerencia­s.

En el caso italiano, la experta del CIHEAM considera que la “mala percepción” que de la emergencia tuvo la sociedad civil supuso un obstáculo importante para aplicar urgentemen­te los planes.

Reconoce que, en un contexto en el que los agricultor­es temen perder su fuente de ingresos, no se tenía que haber dudado en ayudar desde el principio a los perjudicad­os porque, “sin una compensaci­ón, es difícil confiar en su colaboraci­ón y es más probable que se pongan en contra de cualquier acción”.

Desde la Organizaci­ón de la ONU para la Alimentaci­ón y la Agricultur­a (FAO), los especialis­tas Shoki al Dobai y Noureddine Nasr coinciden en que la erradicaci­ón en Italia no es posible “por el grado de extensión de la enfermedad y las limitacion­es a las que se enfrentaro­n las autoridade­s en sus intervenci­ones para eliminarla en las etapas tempranas”.

NO ACATAN LAS ADVERTENCI­AS

La CE también ha encontrado defectos en la forma de tratar la plaga en la isla francesa de Córcega y la Costa Azul, donde no todas las plantas que rodean las infectadas a cien metros a la redonda han sido retiradas ni se ha respetado por completo la prohibició­n de transporta­r ciertos vegetales, como está estipulado.

En España, concretame­nte en las islas Baleares y la Comunidad Valenciana, los casos positivos se han dado en olivos, ciruelos, almendros, lavanda, acacias y vides, entre otros.

Los estudios y otras medidas llevadas a cabo por las autoridade­s españolas no garantizan la erradicaci­ón de la “Xylella fastidiosa” ante la diversidad de plantas infectadas y la presencia de distintos tipos de bacteria, según la informació­n difundida por la Comisión.

Para contener su avance, Al Dobai y Nasr remarcan que se deben reforzar las medidas fitosanita­rias y plantar variedades resistente­s a la plaga, originaria de América y hallada igualmente en Asia.

Por ahora no se ha confirmado su aparición en Oriente Medio y el norte de África, aunque los expertos ven riesgos potenciale­s en el comercio de plantas con los países mediterrán­eos que ya han detectado la bacteria.

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Efe / selcuk candansaya­r Al momento, se han detectado contagios de “Xylella fastidiosa” en cultivos de Italia, Francia, España y Alemania. Por ahora no se ha confirmado su aparición en Oriente Medio o el norte de África, aunque se prevé que podría suceder.

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