EN RIESGO LOS NIÑOS
Según la Organización Mundial de la Salud, la enfermedad neumocócica es una de las 10 principales causas de muerte en el mundo. En relación a su incidencia, presenta dos picos poblacionales importantes, uno en los niños menores de dos años y, el otro, en adultos mayores de 65 años. Es más frecuente en niños y más letal en mayores de 65 años.
Las infecciones neumocócicas pueden causar enfermedades graves (invasivas) como la meningitis, la pulmonía o la bacteriemia, o bien enfermedades (de la mucosa), menos graves pero más comunes como la sinusitis y la otitis media. Si bien en la mayoría de los casos la enfermedad suele ser esporádica, los brotes poco frecuentes, pueden producirse en entornos cerrados, como guarderías, residencias de envejecientes y otros centros.
De los 8.8 millones de muertes de menores de 5 años que se calcula se produjeron en el mundo en 2008, la OMS estima que unas 476,000 fueron causadas por infecciones neumocócicas. Por lo anteriormente reseñado se puede concluir que la utilización de vacuna conjugada contra el neumococo, ayuda a prevenir el desarrollo de la enfermedad invasiva que se presenta como meningitis, bacteriemia o pulmonía, entre otras.
La vacuna conjugada contra el neumococo o PCV (por sus siglas en inglés) protege contra 13 de los más de 90 tipos de la bacteria Streptococus pneumoniae, que son los que causan la mayoría de los casos de enfermedad invasiva grave.
Para prevenir el contagio, se recomienda la vacunación rutinaria de todos los niños, comenzando desde los dos meses de edad con una serie primaria de vacunas de la siguiente manera: primera dosis a los dos meses, la segunda dosis a los 4 meses, la tercera dosis a los 6 meses y una cuarta dosis entre los 12 y 15 meses de edad.
Es importante tener en cuenta que los niños que no han sido vacunados en las edades anteriormente indicadas también pueden recibir la vacuna, pero el número de dosis que recibirán, dependerá de la edad en que se comience la vacunación.
Adicional al esquema de vacunación descrito, se recomienda la aplicación de la vacuna para los niños y los adultos de 2 a 64 años que presenten determinadas condiciones de riesgo para la salud, así como para todos los adultos mayores de 65 años.
Como padres, es muy importante que tomemos decisiones que aseguren el bienestar de nuestros hijos y una de ellas es que los niños reciban todas las dosis recomendadas de la vacuna y evitar de esta manera que desarrollen esta grave enfermedad, sin olvidar como lo indica la OMS, “el uso de otras medidas de control de la neumonía, como el tratamiento adecuado de los casos, el fomento de la lactancia exclusivamente materna durante los primeros seis meses de vida o la reducción de los factores de riesgo conocidos, como los contaminantes del aire de interiores y el humo del tabaco”. El autor es coordinador de la Oficina de Coordinación de OPS/OMS en Puerto Rico.