“Chemo” se las vería difíciles en Carolina
El exalcalde de Canóvanas, José “Chemo” Soto Rivera, expresó que recientemente se mudó a Carolina para retar al alcalde José Carlos Aponte Dalmau en las elecciones de 2020. Su motivación destila política partidista y pone en tela de juicio un compromiso genuino con el pueblo.
Su sentido de pertenencia con Carolina en tan corto tiempo de residencia tendrá que demostrarlo, aunque debe darnos una idea de qué clase de persona se trata, cuando vemos la facilidad con que abandonó a Canóvanas después de más de 20 años como alcalde recibiendo buenas oportunidades y contar con suficiente tiempo para echar raíces profundas que lo mantuvieran allí ayudando a su pueblo.
Que sirva de advertencia que la mayoría de los carolinenses toma muy en serio su responsabilidad de votar por la persona que habrá de administrar la “Tierra de Gigantes”. Por este municipio han pasado muchos candidatos a la alcaldía y el pueblo ha sabido separar la paja del grano. A la hora de escoger son bastantes los que echan a un lado el fanatismo partidista para asumir con seriedad y conciencia su responsabilidad ciudadana.
Además, el pueblo tiene la oportunidad de someter a escrutinio y evaluar las ejecutorias de ambos como administradores municipales y no tomar su determinación a base de promesas de campaña.
Para muestra un botón basta. El municipio de Carolina, aun siendo más complejo que Canóvanas, ha terminado los años fiscales bajo la administración de Aponte Dalmau con ingresos que superan los gastos (superávit) para dar fiel cumplimiento a los compromisos con su pueblo.
Mientras, el municipio de Canóvanas, bajo la incumbencia de Chemo Soto, cerró con déficit presupuestario con efecto adverso sobre los servicios públicos. Además, la Contralora le señaló, entre otras, serias deficiencias administrativas tales como sobregiros en fondos municipales y transferencias de crédito entre partidas presupuestarias contrarias a la ley. De dar continuidad a una sana administración en el municipio de Carolina es de lo que se trata y no de cambiar chinas por botellas. Felipe Del Valle Pérez
Carolina