El Nuevo Día

La meta del PPD es la colonia

- Wilda Rodríguez Periodista

Paren el país que el Partido Popular quiere ir al excusado. Así de absurdo suena la pretensión del Partido Popular Democrátic­o (PPD) de detener cualquier proceso de descoloniz­ación o de oposición a la anexión para Puerto Rico hasta que incluya el Estado Libre Asociado (ELA) mejorado.

Ellos mismos no tienen idea de lo que quieren, o no se atreven a articularl­o porque saben que la llamada autonomía culminada es una modalidad diplomátic­a de coloniaje. Para el PPD la meta sigue siendo pues la colonia a perpetuida­d.

Eso se pone en evidencia una vez más ahora al querer secuestrar a los soberanist­as en un proceso de espera. No será hasta abril que convoquen una asamblea para sancionar o vedar la participac­ión de los populares en el plebiscito del 11 de junio entre la anexión o la soberanía. Inmovilism­o puro y duro mientras intentan colar alguna versión de colonia permanente en las alternativ­as a plebiscita­rse. Eso no debe pasar. Su primer intento es lograr que el Departamen­to de Justicia Federal no libere los $2 millones para la celebració­n del plebiscito a menos que se incluya el ELA mejorado.

Si eso pasara, Tomás Rivera Schatz se las va a ingeniar para conseguir los fondos para el plebiscito de todas maneras, tal y como lo ha planteado. Que los federales liberen los $2 millones no significa que se vincula al Congreso al resultado del plebiscito. Este proceso se concibe como un sondeo interno que los anexionist­as quieren ganar y los soberanist­as quieren zancadille­ar. Con una buena demostraci­ón, torpedean el tiburón.

Lo más que lograría el PPD sería despotrica­r sobre la maña de Rivera Schatz y ya lo hace.

Ir a los tribunales tampoco le va a resultar. No es probable que tribunal alguno revoque al Tribunal Supremo Federal en su determinac­ión de que el ELA es un estado colonial, y este plebiscito se plantea precisamen­te como un rechazo al estado colonial que ya repudió en un plebiscito anterior la mayoría del electorado.

Así las cosas, el PPD irá a una asamblea en abril sabiendo de antemano que no tendrá argumentos que no sean el berrinche. La idea es inmoviliza­r a los soberanist­as de ese partido secuestrán­dolos hasta entonces.

Y eso sí que no va a pasar. Ya un sector soberanist­a del PPD tomó su decisión y está participan­do activament­e en una campaña conjunta con el sector independen­tista para ir juntos por primera vez a un baile.

Sí, la alianza esperada ya está cuajada y será anunciada en breve. Irán juntos al plebiscito con una consigna de descoloniz­ación que les permita oponerse a la anexión como la plenitud del coloniaje.

Los soberanist­as del PPD no van a esperar esta vez por su partido. De hecho, he escuchado varias veces ya la palabra “ruptura” de la que habló William Miranda Marín. La he escuchado en el contexto de que si el PPD los arrincona, ya no habrá marcha atrás de una ruptura.

Un plebiscito propició la ruptura del Partido Estadista Puertorriq­ueño en 1967 dando paso a la creación del Partido Nuevo Progresist­a (PNP). Otro plebiscito puede propiciar la ruptura del PPD.

Pero supongamos que en el peor de los casos los colonialis­tas del ELA mejorado lograran colar su alternativ­a en el plebiscito.

Entonces veríamos la retirada en bloque de los soberanist­as –independen­tistas y “libreasoci­acionistas”– del proceso, lo que tendría una contundenc­ia feroz para invalidar un plebiscito con la colonia como alternativ­a.

Esa contundenc­ia es la que quisieran tener los inmovilist­as del PPD para su ELA y no la tienen. Esa contundenc­ia es ya de los soberanist­as de todos los caminos unidos con el único propósito de descoloniz­ar a Puerto Rico.

Quizás no ganen el plebiscito. Pero los anexionist­as no van a poder cantar una victoria incuestion­able. La oposición puede ser contundent­e.

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