Ética vital
No formalizada hasta mediados del siglo pasado, la bioética es una disciplina que se fundamenta, sin embargo, en principios éticos tanto antiguos como potencialmente diversos. Los primeros textos sobre el tema se escribieron hacia la década del setenta; el primer centro para su estudio -Hastings Centerse fundó en 1969, seguido por el Kennedy Institute de la Universidad de Georgetown.
La bioética estudia los principios que deben regir la conducta en las relaciones del hombre con la vida, tanto humana como animal y vegetal, y con el ambiente. Necesario en este momento de avances científicos y tecnológicos que han transformado nuestra relación con el mundo circundante y con nuestros cuerpos, el libro da cuenta de diversas fundamentaciones para la disciplina. Está escrito desde una perspectiva cultural hispana -los 13 colaboradores son españoles o iberoamericanoslo cual supone una diferencia marcada con los tratados que responden a perspectivas de angloparlantes. Los entornos sociales y culturales influyen sobre las prioridades y los principios desde los cuales se articula cualquier saber, pero más uno que se cierne sobre el comportamiento humano respecto a la vida y el ambiente.
Los asedios al tema son múltiples. Examinan los diferentes fundamentos sobre los que puede descansar la bioética: el principialismo, la casuística, la axiología, la ley natural, el feminismo, el utilitarismo, la hermenéutica y la religión, entre otros. Cada ensayo ofrece una visión histórica y analítica de una modalidad ética, permitiéndole al lector no solo conocer un trasfondo filosófico y teórico rico, sino también compa- rarlos.
“Origen y evolución de la bioética”, de Juan Alberto Lecaros y Erick Valdés, resulta útil para el lector general por presentar las condiciones científicas que han suscitado formulaciones bioéticas. Reconoce “un cambio de paradigma de la ciencia” que ha instalado “una nueva concepción de la naturaleza y del puesto del hombre en ella”. El nuevo conocimiento de la ecología, del ambiente social y el médico y de la genética, junto con las aplicaciones tecnológicas que propician nuevas intervenciones requiere posiciones bioéticas. “Bioética y teorías de la virtud”, de Jorge Cruz, se refiere a otro cambio de paradigma en la ética de los cuidados de salud: “…de un modelo basado en la virtud y en la inviolabilidad de la vida humana, expresado en el Juramento de Hipócrates, se avanza hacia un modelo asentado en la autonomía y calidad de vida del paciente”. “La bioética desde la teoría de la ley natural”, por David Lorenzo Izquierdo, trata de situaciones que requieren orientaciones bioéticas, como el aborto, la eutanasia, el suicidio -voluntario y asistido- y la ingeniería genética. El jesuita puertorriqueño Jorge Ferrer, por otra parte, en “Bioética y religión” presenta la relación entre ambas, precisando extremos que han sido problemáticos, como el papel del magisterio eclesiástico.
El nivel teórico del libro es de gran alcance. Los autores conocen bien la historia intelectual y sus implicaciones. No es lectura fácil, pero su contenido ayuda a comprender las perspectivas desde las cuales se elabora el saber y se orienta la acción respecto a la vida del ser humano, sus condiciones y circunstancias. (CDH)