El Nuevo Día

Prepárate para un retiro exitoso

El servicio de consejería individual­izada para personas de 40 años de edad o más pretende facilitar la transición exitosa de empleado a jubilado, informa sicóloga industrial

- Rut N. Tellado Domenech rut.tellado@gfrmedia.com Twitter: @rut_tellado

Q Al cabo de varias décadas de trabajo, muchos pensarán que ya es hora de jubilarse, mientras otros tantos temerán perder ese ingreso o no sabrán qué hacer con tanto tiempo libre.

Para estas personas, el servicio de “retirement coaching” podría resultar de gran ayuda, destacó la psicóloga industrial y gerontólog­a Ada Padró González.

Explicó que el “retirement coaching” consiste de una “consejería individual­izada para personas de entre los 40, 50 y 60 años de edad, en la cual se utilizan una serie de herramient­as para facilitar una transición exitosa y plena de empleado a jubilado”.

Durante unas seis o siete sesiones se trabajan tres aspectos del individuo: sus inquietude­s, fortalezas y pasiones. “Se exploran las inquietude­s que esa persona tiene hacia su vejez, cómo ven los próximos 20 años de su vida y qué planes tienen, si alguno”, detalló Padró, quien brinda estos servicios tanto a individuos como a empresas.

“Luego, se hace un inventario de cuáles son esas fortalezas, competenci­as, habilidade­s, talentos y experienci­as de vida que se puedan aprovechar para ayudar a otros, y cuáles de esas fortalezas y pasiones se podrían convertir en una fuente de ingresos o un proyecto de vida”, agregó la psicóloga industrial. “Se termina con la elaboració­n de un plan de vida integrado con todos los aspectos que conllevan la parte física, financiera, social, familiar, emocional y psicológic­a”.

Como parte del “retirement coaching”, indicó que “hay cuestionar­ios sencillos que diseñamos y, a través diez preguntas, sirven para activar ese pensamient­o de ‘me gustaría hacer otra cosa’, ‘hay vida después de mi trabajo’”. Así, este tipo de consejería ayuda a las personas a cambiar su percepción acerca de lo que debe ser la jubilación, y también, a ver que esta etapa de la vida puede ser productiva y satisfacto­ria.

Es un servicio que puede resultar beneficios­o para los patronos, aseguró Padró. “Permite a la empresa ir planifican­do la retención del conocimien­to e historia de la organizaci­ón, tendiendo puentes entre el talento que entra y el que se va, ya que como parte del ‘coaching’, ese adulto se puede convertir en mentor del empleado más joven y le transfiere la historia que tiene de la compañía, sus conocimien­tos y metodologí­a de trabajo”, explicó la experta.

También puede resultar útil en otras circunstan­cias, como en tiempos de reorganiza­ción, ejemplific­ó. “Cuando se abre una ventana de manera masiva, la compañía se arriesga a perder la historia y sabiduría organizaci­onal. El ‘retirement coaching’ es una forma de estimular que quien se va a jubilar sienta que tiene otras cosas que hacer y que ‘no me están desechando como servilleta usada, me están ayudando a planificar mi futuro a cambio de transferir mi conocimien­to a otras personas’”, explicó la experta, que brinda este servicio a través de su empresa, Servicios de Psicología y Gerontolog­ía, Inc. EMPRESARIS­MO SENIOR. Una de las opciones que tienen esas personas de cara al retiro es el empresaris­mo, aseguró Padró. Es una alternativ­a que cobra relevancia en momentos en que la Junta de Supervisió­n Fiscal ha recomendad­o un recorte del 10% de la nómina de los pensionado­s del sector público, y el alto costo de vida obliga a buscar otras fuentes de ingresos para complement­ar lo que se reciba del Seguro Social.

“El adulto mayor (de 60 años o más) y el adulto de mediana edad (entre 40 y 60 años), que ha estado de 30 a 40 años trabajando, tiene una expectativ­a de vida mayor que en épocas anteriores”, resaltó la gerontólog­a.

De hecho, se espera que un adulto mayor que tenga hoy día 65 años de edad viva unas dos décadas más, según estimados de la Administra­ción del Seguro Social.

A este aumento en la expectativ­a de vida, se suma el hecho de que muchos se ven forzados a salir del mercado laboral antes de los 62 años debido a que las compañías para las cuales trabajaban cierran, se reorganiza­n o abren ventanas de retiro temprano. Observó que pocos tendrán el dinero suficiente para dedicarse a viajar durante esas dos décadas o más de jubilación. “Pueden jubilarse a los 50 o 60 años y vivir hasta los 90. Son muchos años para estar viendo televisión, viajando o cuidando nietos”.

Ella misma, con 65 años de edad, es un ejemplo de que nunca es tarde para emprender. Después de trabajar 30 años como gerente de Recursos Humanos en compañías del sector de la manufactur­a, comenzó a brindar esos servicios por su cuenta a patronos pequeños y medianos, al tiempo que estableció una pequeña empresa de servicios de acompañami­ento y cuido de personas mayores a domicilio y en hospitales.

A esta tendencia de emprender después de los 50 años de edad se le conoce como “empresaris­mo senior”, indicó la psicóloga industrial.

“El perfil del empresario senior es el de una persona que empezó a trabajar temprano y para quien el valor del trabajo ha sido central en su vida”, abundó la también gerontólog­a.

“El adulto mayor de hoy luce más joven, cuenta con educación universita­ria y con un bagaje y estilo de vida estructura­do. No es el prototipo anterior, que se retiraba a cuidar nietos”, apuntó la experta. “Ha envejecido exitosamen­te, se cuida más, hace mayor actividad física, todavía está productivo y hay que rescatarlo como recurso para el País”.

Entre los beneficios del empresaris­mo para la población senior, destacó la flexibilid­ad de determinar su propio horario de trabajo y mantenerse activo, a la vez que utiliza su pasión, experienci­a y conocimien­tos para generar ingresos. También pueden crear puestos de trabajo para otros y servir como mentores de trabajador­es más jóvenes.

El Gobierno es otro que puede resultar beneficiad­o, aseguró Padró. “Esta población cuenta con un cúmulo de sabiduría que se puede aprovechar para el País”.

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