Intereses en compañía del polémico oleoducto
Donald Trump tiene acciones en la empresa que construye el discutido Dakota Access
Q WASHINGTON.- Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, tiene acciones en la empresa que construye el polémico oleoducto Dakota Access, y los contrarios al proyecto advierten que las inversiones del republicano podrían afectar cualquier decisión que tome desde la Casa Blanca con respecto a la obra de 3,800 millones de dólares.
La preocupación sobre posibles conflictos de interés en torno a Trump se da en momentos en los que hay protestas a diario a lo largo de la ruta propuesta para el ducto. Las disputas a lo largo de la ruta se han intensificado en las últimas semanas y, desde agosto, el número de personas arrestadas subió a 528. Un enfrentamiento reciente cerca del principal campamento de protesta en Dakota del Norte dejó varias personas heridas.
Trump poseía una participación de entre 15,000 y 50,000 dólares en la empresa de Texas Energy Transfer Partners, según documentos federales de 2016. Esto supone una rebaja entre 500,000 dólares y un millón que tenía un año antes.
El empresario tiene también entre 100,000 y 250,000 dólares en Phillips 66, que a su vez tiene un 25% del accionariado de Dakota Access.
Aunque la participación de Trump en la empresa de oleoductos es modesta con respecto a sus otros bienes, expertos en ética dicen que está entre las docenas de posibles conflictos de interés que podría evitar colocando sus inversiones en un fondo ciego, una medida a la que el republicano se resiste.
El gobierno de Obama dijo este mes que quiere más estudios e información de los nativos de la zona antes de decidir si permite que el oleoducto, que ya está parcialmente construido, cruce bajo un embalse del río Misuri en Dakota del Norte.
El oleoducto de más de 1,200 millas trasladaría petróleo por cuatro estados hasta Illinois. El proyecto está parado mientras el Cuerpo de Ingenieros del Ejército consulta con la reserva sioux de Standing Rock, que cree que el proyecto podría dañar el agua potable de la tribu y los sitios culturales de los nativos estadounidenses.
La demora, que coincide con protestas casi diarias a lo largo del trayecto que seguiría la infraestructura, eleva la posibilidad de que sea Trump quien tome la decisión. El republicano mostró su apoyo en público al proyecto y prometió dar rienda suelta a una producción de petróleo y gas sin restricciones.
“Las inversiones de Trump en el negocio de los oleoductos amenazan con socavar la fe en este proceso –que ya estaba desgastada– al interponer su propio bienestar financiero en una decisión mucho más grande”, dijo Sharon Buccino, directora del programa de tierra y vida silvestre del grupo ambientalista Natural Resources Defense Council.