Confiados en los poderes del gobierno estatal
Líderes del PNP aseguran que las decisiones sobre la Isla seguirán en manos de las autoridades locales
FAJARDO.- Si en algo insistieron ayer los líderes del Partido Nuevo Progresista (PNP) fue que estas elecciones serán cruciales para determinar el rumbo que seguirá el País, y que la entrada de la Junta de Supervisión Fiscal en la esfera pública no debe desalentar al electorado a ir a las urnas el 8 de noviembre.
El presidente del PNP y candidato a la gobernación, Nevares; la aspirante a comisionada residente en Washington D.C., Jenniffer González, así como el exgobernador Luis Fortuño, apostaron a que serán los oficiales electos locales los que llevarán las riendas del País aun con la reciente aprobación de la Ley para la Supervisión, Administración y Estabilidad Económica de Puerto Rico (PROMESA, en inglés), que le dio paso a la Junta.
Rosselló Nevares fue el primero en abordar el tema ayer durante una de las múltiples actividades en la agenda de la Convención del PNP, que culmina hoy en el hotel El Conquistador. Afirmó que el nuevo gobierno que se propone diseñar y su plan fiscal, fundamentado en el recorte del gasto público y en la delegación de servicios al sector privado, no contraviene los objetivos de la Junta, y planteó que el nuevo ente federal solo intervendría si fracasa en sus gestiones.
“PROMESA funciona de la siguiente manera: igual que otras juntas de control fiscal, tiene el poder de hacer mucho, pero le dan el primer turno al bate, siempre, la deferencia, al gobierno, para poder ejecutar la política pública. Si el gobierno es incapaz de ejecutar esa política pública, ahí es que tiene que intervenir (la Junta)”, acotó.
“Si yo presento un plan fiscal al gobierno, como gobernador electo, que lleva a los objetivos fiscales, ellos no tienen razón para rechazarlo. Ahora bien, si no presento ningún plan, si me quedo en generalidades, entonces ahí ellos sí pueden tomar la decisión”, añadió el líder del PNP, en un aparte con periodistas luego de presentarles a algunos de sus seguidores un anticipo del programa de gobierno que someterá hoy ante la Asamblea General de la colectividad.
NUEVO PANORAMA. De todos los eventos ayer, fue en el que protagonizaron González y Fortuño donde más se discutió el nuevo contexto con la junta fiscal. En específico, en el foro ambos discutieron el impacto de PROMESA y el papel que juega el comisionado residente en Washington D.C. en el plan económico del País.
González recalcó que la función del representante del gobierno en la capital federal cambiará drásticamente en el nuevo contexto, y aludió en términos generales a las estructuras creadas al amparo del estatuto federal. Sin embargo, se concentró en discutir diversos programas e iniciativas económicas del gobierno estadounidense que PROMESA no provee, pero que están disponibles para el gobierno estatal.
Destacó que actualmente un grupo de trabajo del Congreso analiza qué alternativas podría poner en la mesa el gobierno federal para reactivar la economía, pero que las determinaciones se tomarían en los meses que restan de este cuatrienio y no en el entrante.
“El rol del comisionado residente va a cambiar, no solamente en este proyecto de PROMESA, también con la búsqueda de fondos federales para Puerto Rico en áreas no tradicionales”, enfatizó González.
Mencionó que los tiempos requieren ser más rigurosos en la búsqueda de fondos, y resaltó que quien ostente el puesto de comisionado residente tendrá un rol activo como motor comercial ante la necesidad de que sirva de enlace entre el gobierno de la Isla, empresas e industrias privadas y las agencias y entidades del gobierno estadounidense que operen como apoyo para proyectos económicos.
En cambio, Fortuño, quien entre el 2005 y el 2008 fungió como comisionado residente, se dedicó principalmente a acentuar la importancia de los próximos comicios generales, e intentar disipar la idea de que no importa quién resulte vencedor en la contienda, será la Junta de Supervisión Fiscal la que dictará la política a seguir.
“Puerto Rico tiene cero credibilidad en Washington y en los mercados de inversión internacionales, y (revertir) eso solo se logra si enviamos el 8 de noviembre un mensaje claro, diáfano y contundente. Por eso he salido del monasterio en el que estaba y estoy dispuesto a hacer lo que tenga que hacer para que Puerto Rico eche adelante”, indicó Fortuño, quien expresó estar a disposición del liderato del PNP para respaldarlos en la campaña, y dijo que no lo hace en busca de algún puesto o cargo en el futuro.
“Yo he estudiado bien PROMESA, y es clave, es determinante, como vamos a salir de este atolladero es a base de las políticas públicas que se implementen aquí… No es verdad que es la Junta la que va a arreglar esto, esto lo tenemos que arreglar nosotros”, insistió el exmandatario.
Según fue concebida y aprobada, PROMESA establece que ni el gobernador ni la Legislatura local podrán ejercer control, supervisar o revisar a la Junta o sus actividades, ni podrán implementar ninguna política o norma que menoscabe o contravenga los propósitos del estatuto o el ente, cuyos siete miembros fueron designados en días recientes.