Ataques destructivos de hospitales y escuelas
Entidades no gubernamentales denuncian que varias instalaciones fueron bombardeadas por fuerzas sirias
BEIRUT.- Cuatro hospitales fueron ayer blanco de bombardeos en el norte de Siria y en ellos han muerto varios civiles, de lo que activistas y organizaciones no gubernamentales (ONG) han culpado a la aviación de Rusia y a las fuerzas del régimen de Damasco.
La cifra exacta de víctimas en esos ataques es confusa y varía según la fuente. Organizaciones humanitarias han informado de que los centros afectados son dos de la localidad de Maarat al Nuaman, en la provincia septentrional de Idleb, y otros dos de Azaz, en la vecina Alepo.
Uno de esos centros sanitarios, un hospital que recibía respaldo de la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) en Maarat al Nuaman, ha quedado totalmente destruido.
En un comunicado, MSF anunció que al menos siete personas fallecieron y otras ocho están desaparecidas, aunque “presumiblemente muertas”, a causa del bombardeo contra ese hospital.
“La destrucción de la instalación respaldada por MSF parece que ha sido un ataque deliberado contra las infraestructuras sanitarias”, denunció el coordinador general de MSF en Siria, Massimiliano Rebaudengo.
La organización apuntó que hay informaciones de que otro tres hospitales, ninguno de ellos apoyado por MSF, fueron objetivo entre el domingo en la noche y la mañana de ayer de ataques similares en Idleb y en Azaz.
Por su parte, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos afirmó que al menos catorce personas perdieron la vida, entre ellas dos menores y tres enfermeros, por bombardeos de la fuerza aérea de Rusia, aliada del Gobierno sirio, contra el centro de MSF y el Hospital Nacional de Maarat al Nuaman, al norte de esa urbe.
El observatorio agregó, además, que diez civiles perecieron, entre ellos tres menores y dos mujeres, una de ellas embarazada, en ataques similares de aviones rusos contra un centro sanitario de Azaz, ciudad fronteriza con Turquía.
El Departamento de Estado de EE.UU. condenó los ataques contra varios hospitales en el norte de Siria.
Su portavoz, John Kirby, expresó la condena de EE.UU. a los bombardeos efectuados contra “objetivos civiles inocentes”.
Los ataques “levantan dudas sobre la voluntad o habilidad de Siria para ayudar a parar la brutalidad del régimen de Bachar al Asad contra su propia gente”, indicó el Kirby.
Para EE.UU., esta ofensiva “va en contra” de las llamadas unánimes por el fin de la violencia formuladas por Grupo Internacional de Apoyo a Siria, integrado entre otros por EE.UU. y Rusia y que en la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC) acordó lograr en una semana el “cese de las hostilidades” en Siria.
“CRÍMENES DE GUERRA”. Tanto el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) como Amnistía Internacional (AI) lamentaron esos bombardeos.
El director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake, reconoció estar “impactado” por las noticias de ataques contra cuatro instalaciones médicas en Siria, dos de ellas apoyadas por la agencia de la ONU.
“Una de ellas es un hospital infantil y de maternidad, donde se ha informado de la muerte de menores y de decenas de evacuados”, denunció Lake.
Unicef añadió que, aparte de los bombardeos contra instalaciones sanitarias, hay datos que apuntan que dos escuelas fueron también blanco de ataques en Azaz, donde podrían haber muerto seis menores.
Por su parte, AI se quejó de que los bombardeos de ayer fueron los últimos de una serie de “ataques aparentemente deliberados contra hospitales, clínicas y personal médico”, lo que, recordó, supone una violación flagrante de la ley internacional humanitaria.
“Las fuerzas rusas y sirias saben muy bien que los ataques intencionados contra instalaciones médicas son crímenes de guerra. Todas las partes del conflicto deben cesar estos horribles ataques”, instó el subdirector del Programa de Oriente Medio y Norte de África de AI, Said Boumedouha.
“Las fuerzas rusas y sirias saben muy bien que los ataques intencionados contra instalaciones médicas son crímenes de guerra” SAID BOUMEDOUHA Subdirector del Programa de Oriente Medio y Norte de África de Amnistía Internacional