“CATCH 22”
Una candidatura consume sus quince minutos cuando faltan tantas horas para el próximo ensayo sobre la lucidez. La ceguera perfeccionada. Está sobre el país como espada de Damocles.
El impago acorrala como lobo a su presa. Un zoológico. Linces que capitalizan los desinteresados donativos de campaña. Muchos cambios de órdenes y políticos a las órdenes de unos pocos. El país que chismorrea y carga a la tarjeta de crédito. El elefante en medio de la sala y todos haciéndose los monos; ni veían ni escuchaban ni, mucho menos, decían palabra. Los tenedores de la deuda cuchillo en mano. La mesa está servida para la ni tan última ni tan santa cena. Paulson sigue en su salsa con su valor agregado sin impuestos.
Puerto Rico lo tiene crudo en la bomba de la gasolina, la amenazas de bomba en Fortaleza son parte del folclore. El país se creyó Cenicienta, pero no hay príncipe anónimo que le quiera colocar la zapatilla de cristal. Hay que ver el daño que nos han hecho las películas de Mr. Disney. Menos mal que su ratón no llegó a la cuchilla.
A pescozones nos despiertan del sueño. Cada cuatrienio a las urnas como cordero al matadero. “Catch 22”. Daba, y da, igual bajo qué insignia o cuál foto se crucen las líneas. El resultado fueron, y son, marionetas. De los hilos tiran otros. Ahora que no podemos seguir haciéndonos los tontos; tenemos que ajustarnos el cinto.
Ahora sería buen momento para dejar de soñar con pajaritos “preñaos” y comenzar a poner los puntos sobre las íes. Que le cobren los impuestos correspondientes a Paulson y sus amigotes y a las empresas foráneas. Que eliminen subsidios y rescindan contratos. Que dejen de llenarse los bolsillos mientras nos exigen sacrificios. Que soliciten ya la reestructuración de la deuda. Que no nos torture más la imbecilidad.