Mujeres presas del vicio
Profesionales de la salud revelan que está creciendo el número de mujeres que caen en las garras la adicción, y denuncian que la Isla no cuenta con suficientes instalaciones de rehabilitación
Cuando Venecia Rondón tenía 21 años, tuvo que trabajar de noche en un negocio de bebidas alcohólicas y, debido al cansancio, se quedaba dormida en plena barra.
Una noche, una compañera de trabajo la llevó al baño del local y le dio un remedio para mantenerla activa: un pase de cocaína.
“Cuando probé el perico no me gustó, pero descubrí que podía trabajar bien, sin sueño”, contó Rondón, de 46 años y quien hace seis años se rehabilitó del vicio de las drogas en el que estuvo sumergida por 20 años.
Narró que la cocaína la atrapó primero, luego el crack. “No comía, no dormía, todo era crack”, dijo Rondón, quien en ese tiempo tenía una niña.
Rondón no vivía con su hija porque, según ella, antes de caer en la adicción su madre no le permitía tener una relación con la menor. Esa restricción, y los problemas que tuvo desde su infancia con su progenitora la llevaron a refugiarse en las drogas, al punto que se prostituyó y vendió drogas para mantener su vicio.
Su estadía dos veces en la cárcel no la alejó de la droga. Tampoco su corta estadía en un hogar para mujeres adictas del que una vez se escapó cuando fue ingresada por obligación.
Cuando finalmente reconoció que podía morir si no dejaba el vicio, Rondón acudió de manera voluntaria al hogar de mujeres adictas La Perla de Gran Precio. Allí se rehabilitó y hoy día trabaja como porteadora de periódicos. Además, restableció su relación con su hija y su nieto.
MÁS MUJERES ADICTAS. Así como Rondón, muchas mujeres en la Isla han caído en diversos tipos de adicción, como el alcohol, la marihuana, cocaína, crack y heroína, entre otras sustancias, según expertos en el tema entrevistados por El Nuevo Día. Y lo lamentable del caso, dijeron, es que esta población femenina no cuenta con suficientes centros de rehabilitación que las ayuden a salir del vicio.
Varios profesionales que trabajan con esta población aseguraron que en la Isla se ha visto un aumento de mujeres adictas, entre ellos el siquiatra Víctor Toraño, asesor en el área de tratamiento de la Administración de Servicios de Salud Mental y contra la Adicción (Assmca).
Toraño explicó que como no hay un estudio actualizado sobre la inciden- cia de mujeres con problemas de adicción, Assmca desconoce si al día de hoy hay más mujeres adictas, aunque lo que se ve en la calle podría dar esa impresión. No obstante, expuso que la agencia publicará este año un nuevo estudio sobre la adicción en el País.
SON DE ESCASOS RECURSOS. A juicio de los entrevistados, hay mujeres adictas de diversas clases sociales, pero las más frecuentes son de escasos recursos.
Por ejemplo, el subadministrador de Assmca, Pedro Morales, sostuvo que el perfil de la mujer que participa actualmente en el programa de metadon tiene 37 años y un 44% de las participantes son desertoras escolares. Además, una tercera parte no tiene seguro de salud.
En el hogar La Perla de Gran Precio, según Alonso, la mayoría de las participantes también son de escasos recursos. En ese hogar, la edad promedio de las mujeres que reciben ayuda es de 22 y 23 años, y la mayoría es adicta a heroína, cocaína y crack.
EVENTOS TRAUMÁTICOS. Un alto porcentaje de mujeres que caen en la adicción a las drogas están motivadas por eventos traumáticos que tuvieron en sus vidas como abuso físico, sexual, maltrato en la niñez y violencia doméstica, indicó Erika Lozada ,trabajadora social clínica de Assmca.
Pero Alonso entiende que la pobreza en la familia contribuye, así como vivir en un ambiente familiar tóxico.
Aunque estos traumas también los viven los varones, la mujer es más vulnerable a caer en la adicción por el factor hormonal, su composición biológica y la genética, según Toraño.
Todo eso combinado hace que la mujer puede tener mayor prevalencia a sufrir trastornos mentales que la pueden llevar a una adicción.
De hecho, el estudio la Adicción en la Mujer publicado en el 2010 por la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard indica que hay varios factores biológicos que hacen que la mujer sea más vulnerable a sufrir los efectos del alcohol. Por ejemplo, de acuerdo con la investigación, tiende a pesar menos que el varón y su cuerpo contiene menos agua y más tejido graso que el hombre. Como la grasa retiene el alcohol, y el agua lo diluye, los órganos de la mujer tienen mayor exposición a los efectos.
“La sociedad es menos tolerante al uso de sustancias en la mujer, por eso tienen una carga mayor”
PEDRO MORALES Subadministrador de Assmca
“Hay que aumentar los albergues para mujeres adictas en Puerto Rico”
LISSETTE ALFONSO Fundadora y directora del hogar La Perla de Gran Precio “Estamos en la calle todos los días y la mujer constituye del 17% al 20% de los adictos”
JOSÉ VARGAS VIDOT Fundador de Iniciativa Comunitaria
UNA ADICCIÓN SILENTE. Un aspecto que los entrevistados destacaron es que la población femenina que sufre de adicción no acude a solicitar ayuda con tanta frecuencia como el varón. Esto se debe al estigma que sufre la mujer en la sociedad, incluido el hecho de que es la que tiene a cargo de la crianza de los hijos.
En ese sentido, por temor de perder a sus hijos muchas mujeres adictas callan su adicción, según Morales.
“La mujer sufre un estigma adicional al hombre. Está perpetuada por patrones sexistas en la sociedad puertorriqueña porque la mujer es quien tiene responsabilidad de la crianza de los hijos, y si es adicta entienden que si se exponen le van a remover los niños de la casa, cosa que no sufren mucho los hombres. Por eso, la mujer es más reacia a buscar servicios”, dijo.
Agregó que cuando finalmente acude a buscar ayuda profesional es porque ya sufrió serias consecuencias, como perder a sus hijos, o llegan por orden del tribunal.
SIN INSTALACIONES SUFICIENTES. Otra razón por la que no buscan ayuda con frecuencia es que en la Isla no hay suficientes instalaciones que provean servicios diseñados para ayudar a la mujer adicta.
Santiago, el consejero de la Fondita de Jesús, entiende que en la Isla hay uno o dos unidades de desintoxicación para mujeres.
Tampoco hay muchos centros de tratamiento residencial para ellas.
Assmca tiene un programa de tratamiento a nivel residencial con 27 camas donde la mujer pernocta de seis meses hasta un año.
Allí tienen espacios para ellas estar con sus hijos, según Juan Torres, supervisor del Centro de Tratamiento con Metadona de Assmca.
No obstante, a juicio del salubrista José Vargas Vidot, la Isla provee más programas de tratamiento para varones.
"No se consideran las particularidades ni la sensibilidad que hay que tener hacia la mujer. Hay lugares que las tratan de manera punitiva. No toman en cuenta que son productos de traumas acumulativos, de historias de terror que se caracterizan en su niñez, y en su juventud”, manifestó.