La música campesina
Este escrito pretende recrear una visión panorámica de la música folclórica y el rol que ha ejercido el Instituto de Cultura Puertorriqueña en su investigación, en su rescate, en su difusión y las acciones que se tomaron y sus resultados tras 60 años.
La música campesina puertorriqueña mantiene una identificación muy estrecha con nuestra identidad nacional y goza del aprecio y el respeto que le profesa nuestro pueblo y los puertorriqueños en el exterior.
Para la década de los años cincuenta, la música campesina, folclórica, autóctona o típica en nuestra isla se encontraba en su peor momento, por la poca o ninguna atención que recibía de la radio y la televisión, cuya difusión se limitaba a la época navideña. Por otra parte, el “rock and roll” se imponía y arrasaba a nivel mundial, y Puerto Rico no fue la excepción.
En el año 1955, se funda el Instituto de Cultura Puertorriqueña bajo la dirección ejecutiva del doctor Ricardo Alegría Gallardo, luego de haber regresado a la isla con un doctorado en etnografía de la universidad de Chicago y con otro doctorado en antropología de la universidad de Harvard. De inmediato se dio a la tarea de rescatar la música campesina y el cuatro puertorriqueño. El mayor escollo que encontró fue que apenas había músicos que tocaban el cuatro puertorriqueño, el instrumento más importante y obligado para interpretar la música campesina. Los grupos que existan estaban conformados por juntes familiares, que se reunían para dar trullas y parrandas en la época navideña.
Sesenta años después podemos afirmar que, gracias a las acciones que impulsó el Instituto de Cultura, ya la música campesina no se limita a la época navideña y se toca durante todo el año en programas de televisión, en programas radiales mañaneros, en ferias, en festivales, en fiestas patronales, en los encendidos navideños, en conciertos de la Sinfónica, en conciertos de jazz y de salsa. Como dato anecdótico, un alto ejecutivo de una megatienda señaló, que durante la pasada venta del “black Friday”, por primera vez utilizaron la música típica para crear un ambiente de tranquilidad en las largas filas y el público la recibió con sumo agrado.