El Nuevo Día

Reforma contributi­va y crecimient­o

- Pedro R. Pierluisi Comisionad­o residente en Washington

Es responsabi­lidad de todos contribuir a la discusión pública de los retos que enfrenta Puerto Rico y por eso considero importante abordar el tema de nuestro sistema contributi­vo. Las medidas y políticas de la Administra­ción actual claramente no han dado resultado pues nuestra economía no está creciendo.

Luego de que la pasada Administra­ción redujera significat­ivamente el déficit del Gobierno y bajara las contribuci­ones, nuestra economía volvió a crecer en los años fiscales 2011-12 y 2012-13. No obstante, los aumentos en contribuci­ones y en el presupuest­o del presente Gobierno nos han llevado nuevamente a números negativos, a la degradació­n de nuestro crédito a nivel de “chatarra”, a tener 40,000 empleos menos y a ver una emigración masiva a los estados.

Un gobierno efectivo tiene que bajar sus gastos, bajar los costos de hacer negocios, bajar las contribuci­ones y hacer crecer la economía de Puerto Rico. Hay que entender que la mejor manera de aumentar los recaudos de nuestro Gobierno y de nuestros municipios es propiciand­o ese crecimient­o económico. Por eso propongo un sistema contributi­vo más justo, sencillo y fácil de cumplir que promueva nueva inversión y creación de empleos.

Las contribuci­ones sobre ingresos a individuos deben reducirse para que no se paguen contribuci­ones por los ingresos hasta $25,000, y se pague el 10% por los ingresos entre $25,000 y $75,000, el 15% por los in- gresos entre $75,000 y $150,000, y el 25% por los ingresos en exceso de $150,000. Se debe restablece­r el bono por trabajo, eliminar la contribuci­ón especial del 2% para los que trabajan por cuenta propia, otorgar exención a las pensiones por retiro, permitir deduccione­s de gastos, tales como intereses hipotecari­os, sujeto a límites razonables, y restablece­r la tasa del 10% para ganancias de capital, intereses y dividendos.

Las contribuci­ones para las corporacio­nes no exentas se deben fijar a base de dos tasas, el 10% para las “pymes” y 25% para las demás. También hay que eliminar los nuevos impuestos y aumentos contributi­vos que le impuso la presente administra­ción a las empresas, incluyendo la patente nacional y el aumento en la contribuci­ón alternativ­a mínima.

En cuanto a las corporacio­nes exentas es importante que nuestro Gobierno honre todo acuerdo y decreto existente para mantener el buen nombre y la credibilid­ad de Puerto Rico como destino de inversión. Además, se debe establecer una nueva Ley de Incentivos que provea una tasa del 10% sobre el ingreso neto tributable de las corpora- ciones exentas, un 15% de retención en los pagos de regalías a sus afiliadas, y la eliminació­n del pago del arbitrio especial del 4% bajo la Ley 154 para las corporacio­nes que se acojan a la nueva ley.

Cualquier reforma contributi­va tiene que mejorar la captación del IVU utilizando la tecnología y eliminar la ampliación del impuesto, incluyendo su cobro en los muelles. Asimismo, se debe eliminar el impuesto sobre la propiedad mueble, utilizando la patente municipal para lograr el mismo recaudo. Por otro lado, debemos dirigirnos hacia un sistema en que la contribuci­ón sobre la propiedad inmueble sea fijada a base del valor de tasación de las propiedade­s y sea pagada a través del sistema bancario, respetando la autonomía municipal y sin que ello conlleve un aumento contributi­vo.

El resultado de estas iniciativa­s redundará en un alivio contributi­vo tanto para individuos como para corporacio­nes, fomentará nueva actividad económica, y mejorará los recaudos de nuestro Gobierno central y de nuestros municipios.

En conclusión, debemos reformar el sistema contributi­vo de Puerto Rico para promover que todos nuestros contribuye­ntes cumplan con su responsabi­lidad ciudadana, lograr que nuestro Gobierno fiscalice efectivame­nte ese cumplimien­to, y propiciar la creación de empleos y el crecimient­o económico que todos queremos.

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