Todos contra Ray González
En la lucha libre, no solo pelean los combatientes; el público coopera
Suena repetidamente la campana, tras anunciar “un ajuste de cuentas” y se desata la locura en el tabloncillo y en las gradas. Uno de los rivales va camino al ring, el otro sale y lo embiste sobre el mismo tabloncillo. El público ruge y varios espectadores, incluso, saltan de sus asientos y se aproximan a la valla, dando la impresión de que de un momento a otro van a saltarla y sumarse a la pelea, una de las estelares del cartel sabatino de la lucha libre en la cancha José “Pepín” Cesteros, de Bayamón.
Esta riña es una de las más agrias, me comenta emocionado un espectador, mientras Savio Vega comienza a darle una paliza a Ray González, que por ahora va llevando la peor parte. Niños y también algunas niñas, incluyendo a una que va acompañada de su muñequita, se arriman a la valla.
De repente, le alcanzan un bastón desde el público a Savio y comienza a darle en la espalda a Ray.
“¡Fua, fua, fua!”, corea el público con cada cantazo que le suena Savio a su rival. El bastón suelta la goma del mango, también la goma de la base.
“Se chavó el bastón”, dice riendo un seguidor de ‘los rudos’.
“No importa yo tengo otro en casa”, responde un hombre de blanca barba y cabellera que es el dueño del que, por el momento, es el arma ideal para la paliza que le están dando a Ray.
El árbitro logra intervenir y le quita el bastón a Savio. El bastón regresa a su dueño jorobado, dejando saber que, por lo menos, uno de los golpes tiene que haber sido bastante serio.
Ahora, es un grueso cinturón de cuero lo que lanzan desde el público. Empiezan los cintazos.
“¡Dale, mete mano! ¡Fua, fua, fua!”, repite el eufórico público cada vez más metido en el pleito.
Savio se distrae, Ray toma un segundo aire y le arrebata el cinturón. Ahora es Savio el que coge cintazos en la espalda, mientras los seguidores de ‘los técnicos’ se animan y se burlan de Savio.
El árbitro logra hacerse del cinturón y lo devuelve al frenético público. Finalmente, suben al ring. Savio hace algo ilegal y, al intervenir el árbitro, le da un golpe y lo lanza fuera del cuadrilátero.
Sale otro árbitro del camerino, hace una señal a la mesa, para que descalifique a Savio y detenga el combate. Sube al ring, pero siguen los golpes y también lo lanzan fuera. Un tercer árbitro, corre la misma suerte, y un cuarto también se lleva su cantazo. El público se ríe de los árbitros.
Savio deja de tener el mando del combate. Ray lo azota, hasta que llega otro luchador al rescate de Savio. La gente le grita a Ray, pero no oye. Le dan un golpe y cae como saco sobre el cuadrilátero. Savio y su cómplice completan la gol-