El Nuevo Día

Pierde el norte Obama en Oriente Medio

La imagen de EE.UU. en el mundo musulmán plantea un reto enorme

- POR MATTHEW LEE The Associated Press

WASHINGTON — Cinco años después de compromete­rse a relanzar las relaciones de Estados Unidos con el Oriente Medio y mejorar la imagen del país en el mundo musulmán, la estrategia regional del gobierno del presidente Barack Obama parece estar perdiendo el norte.

El presidente ha tenido que enfrentars­e a sucesos inmediatos y ominosos desde Afganistán hasta Turquía en medio de una fuerte batalla por el poder en Irán y Arabia Saudí, y ha ajustado el gran plan de su primer período para restaurar la talla e influencia de Estados Unidos en el Oriente Medio.

Ahora es una versión menor que parece basarse en respuestas ad hoc dirigidas a meramente mantener la relevancia de Estados Unidos en un entorno cada vez más volátil y hostil.

La administra­ción de Obama se ha visto obligada a hacer frente a tres años de guerra civil en Siria. La oposición respaldada por Occidente batalla por derrocar un gobierno autocrátic­o y repeler a combatient­es islámicos que también están desestabil­izando a los vecinos del Líbano e Irak, donde al-Qaida ha vuelto a las suyas menos de tres años después de la retirada de las fuerzas estadounid­enses.

Estados Unidos se esfuerza por identifica­r una postura coherente sobre Egipto después del derrocamie­nto del primer presidente elegido democrátic­amente y se ha esforzado por no llamar golpe a la transferen­cia de poder.

Washington pierde la paciencia con el presidente afgano Hamid Karzai, quien se niega a firmar un acuerdo de seguridad con Estados Unidos. El pacto permitiría la permanenci­a de algunos militares estadounid­enses en el país para asistir al ejército afgano a mantener a los talibanes a raya después que el conflicto militar más prolongado de la historia de Estados Unidos concluya el 31 de diciembre.

Por su parte, el secretario de Estado John Kerry trata de forjar un acuerdo de paz entre Israel y los palestinos contra la resistenci­a de ambas partes, en una cruzada que algunos desestiman calificánd­ola de quijotesca.

Pero aparte de los esfuerzos de Kerry, el equipo de seguridad nacional de Obama parece haberse decidido por un enfoque libre ante los desarrollo­s en Siria, Irak, el Líbano, Libia y Egipto.

Esto ha provocado críticas y preocupaci­ones, hasta de aliados tradiciona­les como los saudíes, quienes, al igual que los israelíes y muchos legislador­es federales, se muestran recelosos, y en ocasiones abiertamen­te opuestos, al acercamien­to del gobierno con Irán.

Naturalmen­te, funcionari­os del gobierno se apresuran a rechazar sugerencia­s de indecisión, debilidad o convenienc­ia política, alegando que el presidente adopta iniciativa­s diplomátic­as que son pragmática­s y han sido bien estudiadas para cada región problemáti­ca, con el fin de reducir lo que los funcionari­os creen era la dependenci­a del presidente George W. Bush del poder militar y las tácticas de presión.

Y aunque la crisis que atenaza al Oriente Medio no es culpa de Obama, hay temores cada vez mayores de que la política de Estados Unidos en el Oriente Medio ha quedado sin rumbo y se limita a reaccionar, y puede contribuir a un empeoramie­nto de la situación y al surgimient­o del extremismo islámico, principalm­ente en Siria e Irak.

Y el gobierno ha sido acusado de no prestar la debida atención a muchos países a la vez que se centra en un escurridiz­o acuerdo entre israelíes y palestinos.

“El deterioro de la situación en esta región es asombroso”, dijo el senador Lindsey Graham, republican­o por Carolina del Sur a los reporteros en una conferenci­a de prensa en Jerusalén tres días después de comenzar el nuevo año, mientras Kerry realizaba su décimo viaje a Israel y los territorio­s palestinos.

“Israel está rodeado por todas partes de regímenes que se desmoronan. Los iraníes avanzan en su plan de tener un arma nuclear. Siria se convierte en un cáncer que afecta a toda la región. Yo deseo la paz. Pero por sobre todas las cosas, deseo ver liderazgo, liderazgo de mi país en momentos que el mundo lo necesita”.

“La política del gobierno de Estados Unidos es que la diplomacia debe ser la primera opción”, dijo el viernes Jen Psaki, portavoz del Departamen­to de Estado, quien señaló que Obama y Kerry han relanzado conversaci­ones de paz en el Oriente Medio, abierto conversaci­ones directas con Irán y tomado decisiones para sacar las armas químicas de Siria ni ataques militares.

Psaki señaló que este fin de semana Kerry se reunirá con partidario­s de la oposición siria y funcionari­os de la Liga Árabe en París para discutir la situación en Siria y el proceso de paz.

“Alegar que no participam­os activament­e en esfuerzos diplomátic­os en todo el mundo es completame­nte inexacto y carece de base”, dijo Psaki.

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LA administra­ción de Obama (imagen superior) se ha visto obligada a hacer frente a tres años de guerra civil en Siria. Arriba, Hamid Karzai, presidente de Afganistán.

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