Municipios que dan cátedra en el tema del reciclaje
Reciclan casi un 50% de su basura
MIENTRAS EL gobierno central arrastra los pies por dos décadas sin lograr sus metas de reciclaje de materiales, municipios como Guaynabo y Comerío han logrado en solo una desviar de los vertederos casi el 50% de sus desperdicios domésticos.
Ambos ayuntamientos han desarrollado programas de reciclaje eficaces aunque tienen modelos distintos y limitada asistencia económica.
Guaynabo es una ciudad metropolitana con un presupuesto de más de $137 millones. Comerío es un pueblo del área central con ingresos de poco más de $10 millones. El alcalde guaynabeño Héctor O’Neill es penepé, mientras que José “Josian” Santiago es popular.
Sin embargo, ninguno de los dos, como presidentes de las organizaciones de alcaldes de sus respectivos partidos políticos, ha conseguido que sus homólogos emulen su exitosa gestión al alejar los materiales reciclables de los rellenos sanitarios.
O’Neill y Santiago coinciden en que las limitaciones económicas municipales son el principal obstáculo para iniciar programas de reciclaje efectivos, por el gasto en camiones y equipo para recoger y almacenar ese material.
O’Neill dijo que aunque corresponde a los municipios la responsabilidad de recoger y disponer de los desperdicios residenciales, el gobierno central no les ofrece ayuda económica suficiente para realizar esa costosa tarea.
Por ejemplo, en el presupuesto del año fiscal 2012-2013, la Autoridad de Desperdicios Sólidos (ADS) reservó sólo $2 millones para el Programa de Asistencia Económica (PAE), que son distribuidos mediante competencia de propuestas entre todos los municipios que soliciten, agencias públicas y entidades privadas.
El Estado complica más la situación cuando continuamente cambia de estrategias referente a la disposición de la basura. “Ay, Dios mío, cada vez que llega una nueva administración, la ADS hace un nuevo estudio. Gastan el dinero en estudios y cuando se va el cuatrienio ese estudio queda en una gaveta porque entonces llegó otro director y manda a hacer otro y así pasa el tiempo”, narró el alcalde de Comerío.
No obstante, el fracaso o éxito de los programas dependerá de la voluntad política del alcalde, de un consecuente recogido de materiales y de involucrar en esa gesta a la población estudiantil, agregó Santiago. “Depende del esfuerzo local. Si dependemos de lo que hace el gobierno para lograr las expectativas del reciclaje nunca la vamos a alcanzar”, sostuvo.
Santiago señaló que hizo una presentación de su programa de reciclaje durante el Congreso de Municipios Verdes en Mayagüez y próximamente hará lo mismo con sus compañeros de la Asociación de Alcaldes.
POCA INVERSIÓN, MUCHOS AHORROS
“El problema con los alcaldes ha sido que entrar en el proceso de reciclaje, lo ven como un costo porque tienes que tener una flota, así como un personal que haga ese trabajo y eso cuesta”, comentó Santiago. “Yo lo fui haciendo paulatinamente al punto de que nunca tuve que nombrar empleados adicionales y nunca tuve que comprar equipo adicional”, agregó.
El gobierno municipal de Comerío distribuyó casi en partes iguales la flota y los empleados que tenía en el programa de Control Ambiental para dar servicio al Programa de Reciclaje.
“Es la misma gente con el mismo equipo. ¿Cuál fue el beneficio? Pues hace seis años yo le pagaba al vertedero de Toa Alta $600,000 anuales por la disposición de la basura, el año pasado pagamos $310,000”, explicó Santiago. “Hubo una economía de prácticamente el 50% por la disposición de la basura. Ahí es que está el beneficio”, insistió. Estas cifras incluyen el pago por acarreo de los desperdicios desde el centro de acopio de Comerío al sistema de relleno sanitario. Ese servicio se lo ofrece la misma empresa que administra el vertedero.
Comerío ha sido consistente en la presentación de propuestas a la ADS para fondos del PAE. Después de Cabo Rojo, este es el municipio que ha recibido más fondos durante la última década de este programa que asigna dinero para la compra de equipo.
Otro beneficio del Programa de Reciclaje ha sido la conciencia por la preservación de los recursos y el mantenimiento del ornato que se ha despertado en este pueblo, destacó Santiago. LA BASURA GENERA INGRESOS
En tanto, el director del departamento de Ornato y Reciclaje del Municipio de Guaynabo, Edwin Ramos, señaló que “el Municipio de Guaynabo recibe ingresos anuales de $1.2 millones por la venta de los materiales recuperados en los hogares de sus residentes”.
Ramos agregó que el desvío de materiales reciclables representa un ahorro de $249,000 anuales. Guaynabo logró redirigir el 48% de los materiales que antes llevaba al vertedero a una planta de separación de materiales reciclables que opera a través de un acuerdo con un grupo privado. EXITOSO MODELO PRIVADO
No sólo los municipios han tenido historias de éxito en sus proyectos de reciclaje. La empresa privada también reporta logros a pesar de la sacudida producida por la crisis económica a nivel mundial, las caídas en algunos mercados de productos reciclados, el cierre de industrias locales -que son la principal proveedora de componentes reciclablesy la falta de un plan gubernamental para asegurar el flujo de materiales.
Recicladora del Norte (RDN), ubicada en Hatillo, es una empresa propiedad de trabajadores que comenzó a operar en 1996 y hoy tiene 110 empleados y 23 socios. Próximamente estrenará otra instalación para la separación de materiales en Arecibo.
RDN es la única que se mantiene en operación de las siete empresas de trabajadores que se iniciaron a mediados de la década del 90, cuando la ADS promovió el empresarismo entre grupos comunitarios, señaló Luis Sánchez, presidente de la compañía.
En ese momento RDN recibió un subsidio total para establecerse a través de respaldos de la ADS, Fomento Industrial y el Departamento del Trabajo. Las ayudas fueron disminuyendo gradualmente pero ya la empresa había buscado una clientela en el sector privado y ganado subastas para dar servicio a varios municipios.
“Somos 100% autosuficientes y el sector privado es nuestro principal cliente”, dijo Sánchez, quien atribuye el éxito de RDN a la diversificación de servicios que ofrecen. Además de la compra de materiales como papel, cartón, paletas de madera, periódico y plástico, esta empresa ofrece servicio de trituración de materiales confidenciales y reciben equipo electrónico.
Parte del plástico lo venden en Puerto Rico para la manufactura de cisternas y las paletas las llevan a la planta de composta de Arecibo. El resto de los materiales son segregados, compactados y
vendidos a un intermediario en los Estados Unidos que, a su vez, los vende allí, en Suramérica y Asia.
ALIANZAS PRODUCTIVAS
En el municipio de Carolina opera también con éxito una planta de separación de materiales que funciona mediante una sociedad entre el gobierno municipal y Carolina Recycling, que es una subsidiaria de Puerto Rico Waste Industries Corp. (conglomerado que también agrupa a ConWaste y Landfill Technologies).
A esta planta llegan diariamente 60 toneladas de materiales provenientes de Carolina, Comerío, Río Grande, Loíza, Luquillo, Trujillo Alto, San Juan, Gurabo, Bayamón y San Lorenzo. El 85% de los residuos recibidos se recupera para el reciclaje. Una vez embalado, ese material se vende y exporta a varios países de América Latina y Asia, según explicó Carlos Contreras, presidente de Puerto Rico Waste Industries.
Las ganancias obtenidas por esa venta se distribuyen entre la empresa y el gobierno municipal, dijo Contreras, aunque no proveyó la información solicitada sobre los ingresos obtenidos.
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problema con los alcaldes ha sido que entrar en el proceso de reciclaje, lo ven como un costo porque tienes que tener una flota, así como un personal que haga ese trabajo y eso cuesta”
JOSÉ SANTIAGO alcalde de Comerío y presidente de la Asociación de Alcaldes