chu chazo
A l paso que va, Cotto podría emular a Gómez, no en calidad, sino en la cantidad de entrenadores que ha tenido en su carrera profesional, que ahora llega a cinco con la entrada de Freddie Roach, mientras Bazooka tuvo la friolera de siete, aunque dos de ellos fueron en su ocaso: Félix Pagán Pintor y el legendario Angelo Dundee, en su victoria polémica sobre Rocky Lockridge, por decisión dividida, en las 130 libras.
Roach, mimado de la prensa estadounidense, toma el puesto del cubano Pedro Luis Díaz, que llevaba tres pleitos con él, con balance de un triunfo sobre Margarito, y fracasos en ristra con Mayweather y Trout; pero quien, en mi punto de vista, ha sido el que mejor lo preparó físicamente por ser un experto en la ciencia del ejercicio.
Sin embargo, por razones desconocidas, y luego de cansarse de elogiarle, Cotto lo acaba de despedir y optó por Roach, quien últimamente ha ido perdiendo glamour con el apagamiento inesperado, en parte, de Pacquiao, quien en noviembre antagonizará con el peligroso Brandon Ríos, y, de perder, tendría que colgar los guantes por sus reveses con Bradley y Márquez.
Tenemos, pues, que Cotto, que empezó con su tío Evangelista, con quien terminó violentamente, prosiguió con Joe Santiago, ayudante de éste y de poca experiencia; prefiriendo sustituirle con Steward, fallecido en octubre de 2012, llegando entonces Díaz, catalogado por él como un fuera de serie.
Entretanto, Wilfredo fue llevado de la mano de Quique Carrión, que le tuvo desde amateur; y se sometió posteriormente a los adiestramientos panameños con Plomito Espinoza, Pedro Ávila Zapata y Federico Plummer; más el boricua Nick Acosta por corto tiempo.
El caso de Cotto llama mucho la atención porque es su propio manejador, de ahí que haga y deshaga a su antojo, sin que nadie de su compañía ose llevarle le contraria, algo que no sucedía al estar vivo su padre.
Asimismo, él, que presume de inteligente, tiene fama de que no es muy espléndido en los pagamentos a sus preparadores, pero me han comentado que la ida de Díaz no parece ser por motivos profesionales.
En su próxima subida al ring, sin título en juego, Cotto lo hará para Top Rank y Bob Arum, con quien había roto su relación comercial, lo que es prueba fehaciente de que está pensando y actuando más con la mentalidad empresario que con el corazón del peleador…