Paternidad por método alterno
Un puertorriqueño recurrió a esta técnica para ser padre
SIEMPRE SOÑÓ con ser padre y hace tres años materializó su deseo alquilando el vientre de una mujer de 30 años residente en Arizona.
Fue a través de un programa televisivo que este hombre de 42 años, puertorriqueño residente en Estados Unidos, conoció de la subrogación como una alternativa para tener un hijo.
“Vengo de una familia grande, somos cuatro hermanos y la paternidad siempre estuvo presente en mis planes, pero nunca me casé y, como soy un hombre soltero, la adopción era más complicada”, dijo Roberto (nombre ficticio).
Roberto, un profesional de la salud que es homosexual, comenzó a orientarse, tras enterarse de que otro hombre que había recurrido a este método para tener un hijo. Escogió dos compañías, una en Nueva York que tramitaría todos los aspectos legales del proceso y otra en Connecticut, que se encargaría de coordinar la fertilización in vitro y la selección de una madre subrogada.
El primer intento de una donación de óvulos congelados no resultó. En el segundo, la donante de óvulos escogida, la mujer que seleccionó para cargar el bebé y él se reunieron en la oficina del médico en Connecticut.
Allí, por separado, se dio el proceso médico de los tres y se le implantó el embrión a la mujer que cargaría en su vientre a su hijo.
“No quise conocer a la donante de óvulos, una joven de 24 años, pero me leí un panfleto de más de 20 páginas con sus gustos, sus metas y su historial médico”, dijo.
A la madre subrogada, mientras tanto, la visitó varias veces durante el embarazo, hasta el momento del parto, que se adelantó ocho semanas. La mujer dio a luz a unos gemelos, un niño y una niña. Las leyes de Arizona permitieron que en los certificados de nacimiento solo apareciera él como el padre de las criaturas. Roberto, quien gastó más de $100,000 en el proceso, recalcó que cuando sus hijos le pregunten por qué no tienen mamá, les explicará cómo nacieron. “Esto ha sido lo más importante en mi vida”, puntualizó.
COSTOSO
A raíz de su experiencia personal, Roberto advirtió que aquellos que estén considerando esta opción deben saber que el proceso es costoso y que, en ocasiones, como le ocurrió a él, no resulta en un primer intento, sino que requiere que el proceso se repita.
“Tienen que saber que van a gastar mucho más de lo que piensan”, dijo.
Mientras tan- to, este padre soltero divide su práctica médica con la crianza de sus gemelos. Además, comparte por Internet ocasionalmente algunas fotos y progresos de sus hijos con la madre subrogada.
“Ellos son lo mejor que me ha pasado”, dijo.