CLAMAN POR JUSTICIA
Desde su dolor, exigen acción los familiares de las seis víctimas fatales del conductor que los atropelló
RAFAEL SALDAÑA colocó ayer unos globos blancos y un juguete en el lugar donde el viernes murieron trágicamente sus hijos Génesis, de nueve años, y Anthony Saldaña García, de siete.
Ambos niños fueron dos de las seis víctimas que perecieron luego de ser arrolladas por un conductor que iba en un auto robado y que huyó luego de impactarlos en la intersección del residencial El Prado con la carretera 181, en Río Piedras.
Para expresarles a sus hijos lo mucho que los ama, Saldaña colocó globos y un casco de los personajes Transformers en un poste peatonal ubicado en la isleta donde sus hijos esperaban para cruzar cuando fueron arrollados. Estaban allí junto a su tía, su bisabuela y sus primos.
Saldaña recibió apoyo de unos agentes de la Policía que investigaban la escena. Mientras, una conductora se detuvo un instante para ofrecer las condolencias.
“Le acompaño en sus sentimientos”, dijo antes de continuar la marcha.
En el lugar, fallecieron en el acto el pequeño Anthony, su bisabuela doña Laura Vivas Rodríguez, de 73 años, y su primita de tres años, Laura ‘ Lauris’ Montalvo Calderón.
Más tarde, en el hospital, murió Génesis, al igual que su tía, Raiza Calderón García, de 21 años, y la infante Amanda Calderón, de 10 meses.
La hija mayor de Raiza, Yaisa Montalvo Calderón, de 5 años, sobrevivió la embestida y se encontraba estable y recuperándose en el Centro Médico de Río Piedras.
Aunque afectado y lloroso, Saldaña pedía que no sacaran los globos del lugar. “Vengo a decirles lo mucho que los amo. Él era mi hijo menor, mi bebé”, dijo, y aseguró que a los responsables de la muerte de su hijo los “pone en las manos de Dios”.
“La justicia de Dios no falla”, dijo antes de trasladarse al centro comunal del residencial, donde trabajadores sociales y empleados del Departamento de la Familia y la junta de vecinos brindaban apoyo, especialmente con las gestiones para los actos fúnebres.
Saldaña es vecino de Naranjito y compartía con Génesis y Anthony dos fines de semana al mes, según dijo.
“La nena siempre me decía: ‘Te amo Papi, te amo Papi’. Pero yo la amo más”, lloraba Saldaña al ver las palabras escritas por Génesis en un carta, mientras recibía apoyo de su compañera Madeline Collazo y su hermano, Guillermo Trinidad Pradera.
Trinidad Pradera llegó hasta el lugar donde fallecieron sus sobrinos y sembró unas flores en la isleta donde aún había rastros de sangre.
En la carretera no había marcas de llantas, ni frenazos.
Mientras en el residencial, vecinos que preferieron no identificarse por respeto a las familias indicaron que doña Laura siempre andaba “pa’ arriba y pa’ abajo” con los biznietos y relataron que venían de un pasadía.
“Se pasaban en la piscina o playa. Eran felices”, dijo una vecina.
Doña Laura era una de las vecinas de mayor antigüedad en el residencial. Vivía en El Prado, según vecinos, desde hace más de cuatro décadas.
Ayer la recordaron por su carácter fuerte y porque echaba la bendición.
Supuestamente, explicaron, se transportaban en guagua. Aunque la Policía aseguró ayer que, luego de hablar con testigos, había descartado que en esta ocasión las víctimas se acababan de bajar de una guagua de la Autoridad Metropolitana de Autobuses.
CRUCE MORTAL
Residentes en El Prado denunciaron
lo peligroso que es el cruce donde fue arrollada la familia. La mayoría le tiene terror.
“Tengo que esperar a que no haya carros para cruzar”, dijo luego de atravesar la avenida la joven madre Delis Bruno. “¿Viste que mientras cruzaba cambió a roja?”, continuó.
Según ella, el cruce tiene poca iluminación, lo que lo hace peligroso en las noches y temprano en las mañanas, cuando los estudiantes pasan por ahí. Por eso, urgió a que se escuche a los residentes que llevan años pidiendo que se construya un puente peatonal.
“Hay carros que no paran. Siempre dije que ahí iba a pasar algo”, dijo Bruno.
En tanto, vecinos de El Prado aún intentan dormir luego de ver los cuerpos de las víctimas tirados en la calle cercana a sus hogares.
Otros no ven la hora de que se detenga al responsable. Un vecino gritó desde su balcón que deberían aplicarle un castigo que le haga sufrir. “Esos nenes sufrieron y eran angelitos”, dijo indignado.
La trabajadora social Anette Amaro explicó que los residentes se estaban dando apoyo entre ellos.
“Dicen que es una situación difícil, y que si logran saber quiénes son los responsables, tomarían la justicia en sus
manos”, mencionó Amaro.
GOBERNADOR ORDENA EL PUENTE
Por su lado, el gobernador, Alejandro García Padilla, expresó sus condolencias e instó al responsable a que se entregue. “Estamos muy tristes. He solicitado que se investigue de inmediato por qué no se había hecho (un puente) y que se ponga, para evitar otra tragedia en el futuro”, dijo. “Creo que tenemos que unirnos en oración para que Dios les dé paz a los familiares de este accidente. Y a los que se dieron a la fuga, no los vamos a dejar de buscar. Así que lo mejor que les puede pasar es que se entreguen”, aseguró el gobernador.