Promete derramar riquezas
Danilo Medina ofrece un gobierno para todas las capas de la sociedad dominicana
Pidió “unidad nacional” en su primer discurso como jefe de Estado
SANTO DOMINGO - Todavía humeantes los cañones de la batalla, pero investido ya con el pesado sello de presidente electo, Danilo Medina, ganador de las elecciones llevadas a cabo aquí el domingo, se quitó ayer el sombrero de candidato, se puso el de jefe de Estado e invitó a sus opositores a formar un gobierno de unidad nacional que sirva para “lograr que toda la riqueza que se ha generado en este país durante los últimos siete años se derrame sobre todas las capas de la sociedad”.
Le había precedido una noche larga y tensa, debido a la renuencia de su opositor, Hipólito Mejía, a admitir la derrota. Pero cuando a eso del mediodía Medina subió a una tarima en el patio de la Casa Nacional del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y cesó el frenético merengue con el que miles de sus seguidores todavía celebraban en la calle, no había manera de notarlo.
El hombre al que muchos describen como tímido y retraído estaba energizado, exultante y, al menos por este momento, parecía sobre el nivel de los viejos rencores que carcomen a las dos principales fuerzas políticas en este país. El que habló fue ya un hombre de Estado y en un encendido discurso prometió re- solver los más agudos y persistentes problemas que enfrenta este país de 10 millones de habitantes, íntimamente ligado por años a Puerto Rico.
En otro punto de la ciudad su rival Mejía seguía oculto, sin reconocer, al menos públicamente, que había perdido. Se le vio en la tarde entrando al centro de cómputos de su partido y diciendo que seguían contando actas y comparando las suyas con las de la Junta Central Electoral (JCE).
Se le preguntó cuándo hablaría al país y su respuesta hizo pensar en la larga agonía que vivió Estados Unidos cuando durante meses no se supo quién ganó la contienda presidencial del 2000: “Usted se recuerda de la campaña en Estados Unidos. ¿Cuánto tiempo duró?”.
Mas Medina, viviendo el momento que había esperado por mucho tiempo, pues este era su tercer intento de llegar a la presidencia, en una de las cuales fue derrotado por Mejía, estaba en otro nivel y no le prestaba atención a las cuitas que pudiera estar aún viviendo su rival.
RECLAMO A HIPÓLITO
A Mejía, de quien se describió como “amigo personal”, y al resto de su familia, le dijo que “quería restablecer la amistad que tuve en el pasado con ellos”. Manifestó que los 2,109,000 votos obtenidos (46.93% del total de sufragios emitidos) por este significan que “el pueblo dominicano lo reivindicó”.
“No quiero ser un ente divisivo, quiero ser un ente de unidad”, dijo Medina, flanqueado por su esposa, Cándida Montilla, y sus tres hijas adolescentes.
Medina llamó a Mejía y al resto de sus