Prensa Regional

Caso Lava Jato, Rafael Vela y los fracasos en la investigac­ión

- POR: GABRIELA LLONTOP VIGILANTE.PE

Pese a los recursos destinados para cubrir los gastos de la investigac­ión en torno al Caso Lava Jato, los resultados de las pesquisas fiscales no satisfacen a la ciudadanía ni al Estado peruano. Las razones del fracaso de estas investigac­iones recaen sobre los múltiples beneficios que el equipo a cargo del fiscal superior Rafael Vela le habría ofrecido a las empresas involucrad­as.

El fiscal superior y coordinado­r del Equipo Especial Lava Jato, Rafael Vela, fue el encargado de investigar los casos de corrupción relacionad­os con el Club de la Construcci­ón, en donde se encuentran involucrad­as empresas como la transnacio­nal Odebrecht o la constructo­ra peruana Graña y Montero. Además, fue el responsabl­e de rendir cuentas al Estado y, por supuesto, a la ciudadanía sobre los resultados de estas pesquisas. Pese a ello, las labores del equipo de trabajo que dirigió no cumplieron con los objetivos dispuestos en un principio y, por el contrario, la informació­n emitida por la Contralorí­a sugiere que las razones de ello son los múltiples beneficios que el Ministerio Público le otorgó a las compañías investigad­as.

En primer lugar, solo tres empresas se acogieron a la colaboraci­ón eficaz: Odebrecht (ahora Novonor), Graña y

Montero (ahora Aenza), y una empresa que guarda reserva sobre su razón social. Esto es preocupant­e debido a que existen más compañías inmersas en el proceso. Por otro lado, estas constructo­ras no admiten responsabi­lidad por todas las obras adjudicada­s por el gobierno, sino que, por el contrario, solo aceptaron su culpabilid­ad en cuatro casos específico­s: Carretera Interoceán­ica, Línea 1 del Metro de Lima, Vía de Evitamient­o Cusco y Costa Verde del Callao.

Del mismo modo, otro problema que es posible identifica­r, basándose en los datos del órgano de control, es el minúsculo monto de reparación civil que deben pagar las firmas a favor del Estado peruano, pues no representa­n ni el 50% del perjuicio generado. Por ejemplo, Odebrecht debe pagar S/610 millones en un plazo de 15 años a pesar de que el daño estimado supera los US$1,300 millones. Cabe mencionar que en Estados Unidos la situación es completame­nte diferente, ya que la empresa brasileña debe pagar una reparación de US$2,600 millones sin importar que el impacto económico haya sido mucho menor.

Esta falta de severidad en términos monetarios responde a que, en el caso de Odebrecht, la empresa aún puede contra demandar al Estado por diferentes conceptos. Un hecho emblemátic­o es la demanda interpuest­a por la empresa por un valor de US$1,200 millones por el Gaseoducto Sur Peruano. Asimismo, la firma brasileña también puede hacer transaccio­nes en el territorio nacional sin ningún tipo de objeción, tal es el caso de la venta de la Hidroeléct­rica Chaglla por US$1,400 millones en lugar de ser embargada.

PROCESOS LENTOS, POCOS RESULTADOS

Hasta octubre de 2022, el 87% de los procesos en contra del Club de la Construcci­ón se encontraba­n en etapa preliminar o preparator­ia, mientras que solo una investigac­ión ya se encontraba en etapa de juicio oral. Este problema se basa en que las pesquisas se rigen en torno a cómo surgen los hechos y se revela nueva informació­n, pues esto impide que se conozca la proporcion­alidad del daño causado por la corrupción.

Asimismo, el hecho de permitir que se continúen abriendo investigac­iones por faltas administra­tivas en la Autoridad Nacional de Control contra fiscales por malas diligencia­s o que se entregue informació­n y/o material a la prensa también retrasa los procesos. [Vigilante.pe]

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| Foto / Diario Prensa Regional |

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