Servicios pésimos
Los servicios de distribución de energía eléctrica y agua potable, a cargo de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) y Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap SA), respectivamente, nunca se destacaron por su excelencia y más bien siempre existieron cuestionamientos sobre la calidad. Este verano, además de los tradicionales cortes, se sumó la abultada facturación por el uso de la electricidad, que hizo llorar a centenares de usuarios, por no decir a miles.
Por el consumo de diciembre y enero últimos, la factura se duplicó, y en algunos casos se triplicó, según las denuncias de los usuarios. La explicación técnica que brinda empresa estatal no convence a la ciudadanía.
La ANDE dice que la fuga de corriente por malas instalaciones, cableado viejo o caduco y el aumento de consumo por los electrodomésticos como el aire acondicionado hizo que se registre un mayor precio. Sin embargo, con dos centrales hidroeléctricas, Itaipú y Yacyretá, es imposible cree que tengamos una energía todavía muy cara.
El suministro del agua que presta la Essap SA está relacionado con la energía eléctrica. El abastecimiento de agua se ve resentida con los cortes de la ANDE.
Es curioso, cuando se interrumpe el servicio de agua aparecen algunos operadores que se prestan para desmentir el mal servicio o justificar lo injustificable, cuando la gente sufre la falta de agua.
Desde el punto de vista biológico sin agua no hay vida, es uno de los elementos vitales para la población, así como el sol, el oxígeno del aire, la tierra, las plantas y la lluvia. Sin agua tampoco hay desarrollo humano ni de las comunidades.
Si bien ha aumentado el número de usuarios, ambos entes tienen que redoblar esfuerzos para mejorar los servicios. Entendemos que con los adelantos tecnológicos es posible responder a los desafíos y brindar un servicio eficaz, responsable y a precio justo.