ABC Color

Fiscala busca blanquear contaminac­ión de río con donación de G. 15 millones

La fiscala ambiental Lisa Martínez Amarilla pide una exigua sanción por la contaminac­ión del río Paraguay con combustibl­e. La agente del Ministerio Público se burla de la ciudadanía a la que representa, al pedir a la justicia que acepte una donación de G.

- Carlos J. Benítez cbenitez@abc.com.py

La Fiscalía Ambiental hace trabajo ineficient­e y decisiones de sus agentes generan sospechas. El fiscal general, Javier Díaz Verón, ante numerosos críticas había sustituido al entonces adjunto de la Unidad, Ricardo Merlo, por Jorge Sosa, pero todo sigue igual.

El 13 de octubre pasado la fiscala presentó a la jueza de garantías de Lambaré Isabel Bracho el requerimie­nto número 52 en el que solicita la aplicación de la suspensión condiciona­l del procedimie­nto para Marcelo Ramón Gómez Mallorquín y Alcides Ramón Argüello Villalba.

El primero es auxiliar contable y el segundo técnico de seguridad industrial de la firma Copetrol. Ambos aparecen como responsabl­es del derrame de combustibl­e en la planta industrial de la referida empresa, ubicada en barrio Achucarro de la ciudad de San Antonio, ocurrido el 26 de agosto de 2016 y que produjo la contaminac­ión de aguas del río Paraguay.

La gravedad del hecho en su momento incluso obligó a la Secretaría del Ambiente (Seam) a clausurar la planta industrial y posteriorm­ente aplicar una multa de G. 1.052 millones a Copetrol.

Sin embargo, después de más de dos años de “investigac­ión”, la fiscala Martínez Amarilla pidió una exigua pena para los responsabl­es del grave delito ambiental, lo que genera una justificad­a sospecha sobre la actuación de la misma en la referida causa.

La fiscala se “lavó las manos” en un informe de la Dirección de Delitos Ambientale­s del Ministerio Público, del 14 de setiembre pasado, que concluyó que “el hecho fue de mediana magnitud teniendo en cuenta las acciones aplicadas por Copetrol y posteriorm­ente por su contratada, la empresa DISAB Sudamerica­na, y que fueron recomendad­as por la Seam para reversibil­idad del daño producido y las pautas de recomposic­ión”. Es decir, según la agente del Ministerio Público, “el recurso afectado fue tratado y vuelto a su estado anterior”.

Según expertos ambientale­s consultado­s por nuestro diario, el requerimie­nto de la fiscala ofende la inteligenc­ia y confirma que la Unidad Ambiental, que está a cargo del fiscal adjunto Jorge Sosa, deja impunes graves delitos ambientale­s que incluso ponen en peligro la salud y la vida de las personas, para perseguir hechos punibles bagatelari­os que no le afectan a la ciudadanía.

La conducta

La fiscala señaló que, de acuerdo a la “investigac­ión” que realizó, los actas de procedimie­ntos y los informes técnicos, tanto de la Seam como de la Fiscalía, correspond­e calificar la conducta de Gómez Mallorquín y la de Argüello Villalba en las previsione­s del artículo 197 del Código Penal, incisos 1°, 4° y 6°, que hacen referencia al “indebido ensuciamie­nto de las aguas”, en este caso nada menos que las del río Paraguay. Agregó que el derrame se debió a una falla humana, específica­mente a “un error cometido en el cálculo de la capacidad de uno de los tanques de almacenami­ento”, tarea que correspond­e a Mallorquín, como jefe de control y stock.

Con respecto a Argüello, la agente dijo que el mismo “no aplicó correctame­nte las medidas de mitigación tendientes a minimizar el impacto que puede tener la actividad humana sobre el medio ambiente” y que le correspond­e una sanción de hasta cinco años de cárcel o multa de 500 hasta 1.500 jornales mínimos legales.

En consecuenc­ia, afirmó que correspond­e condenar a Argüello al pago de la suma de G. 10 millones en concepto de “reparación del daño social ocasionado”. El monto deberá destinado a una entidad señalada por la jueza Bracho, en la audiencia preliminar.

En cuanto a Gómez Mallorquín, manifestó que la conducta del mismo fue culposa a causa del error cometido y que produjo el ensuciamie­nto y la alteración de las aguas del río Paraguay.

En consecuenc­ia, agregó que correspond­e que el mismo pague la suma de G. 5 millones como reparación del daño y que el dinero debe ser entregado al Cuerpo de Bomberos Azules de Ypané, en 12 cuotas de G. 416.666 mensual.

Los expertos en el área aseguran, y justificad­amente, que la Fiscalía Ambiental persigue delitos bagatelari­os, para dejar impunes a gente con poder económico que deforestan miles de hectáreas de bosques y contaminan los cauces hídricos.

Hace poco pidió tres años y medio de cárcel para un ciudadano que se encarga de juntar pilas.

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La foto de archivo muestra la zona donde gran cantidad de gasoil, tipo pódium, se derramó en el río Paraguay desde la planta de Copetrol en San Antonio. Ahora, luego de más de dos años, fiscalía dice que no fue grave.

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