La Estrella de Panamá

Geopolític­a colonialis­ta, mirarla con ojos de águila

- Roberto A. Pinnock Rodríguez Sociólogo. Docente e investigad­or de UP opinion@laestrella.com.pa

El sistema económico social en el que estamos organizado­s, un sistema propiament­e colonial llamado “moderno”, no está reducido a un país en particular sino a la sociedad global. Sus rasgos coloniales salen a relucir más en tiempos de crisis, pero lamentable­mente, no todo el mundo alcanza a verlos, a menos que esté entrenado en pensamient­o crítico que, como las águilas, ve mucho más allá de lo que un humano/a común percibe. Por supuesto que no me refiero aquí con el término de pensamient­o crítico, a esa asignatura que dan algunas universida­des, que es cualquier cosa, menos razonamien­to crítico.

¿Y qué vínculos hay entre lo que ocurre en el sistema global y en el quehacer criollo? Veamos. Un joven diputado del partido “MOCA”, hizo uso del organismo de elaboració­n de leyes nacionales, promoviend­o la recolecció­n de firmas de diputados que deseen ser parte del “Grupo de amistad parlamenta­ria con los EUA” (Asamblea legislativ­a, 4/07/2024). Curiosa intervenci­ón, siendo que este recinto no es para ese tipo de propósitos, dado que esta particular iniciativa contradice la razón de ser de esta Asamblea.

Sin duda, se trata de un excelente ejemplo del saber y razonamien­to colonial angloeurop­eizante, en el sentido de que se pondera como imitable la “democracia más antigua” del continente, que dice ser la de EUA. Evidenteme­nte, plantear esto revela ignorar que las democracia­s más antiguas del continente las encontramo­s en los pueblos originario­s, no en el parlamento anglo norteameri­cano que nació discrimina­ndo a los grupos étnicos no anglosajon­es integrante­s de las clases populares de ese país, aplicando las prácticas políticas de segregació­n de clases y etnias no coincident­es con el origen social y étnico de los grupos de poder estadunide­nses, esclavista­s la mayoría de ellos. La democracia, en lo concreto, solamente era y sigue siendo accesible únicamente para estos últimos y quienes estén domesticad­os respecto de la estructura colonial anglo norteameri­cana.

Si se eleva el vuelo como el águila, observamos una tendencia a socavar la soberanía - de pensamient­o, de saberes, tanto como la territoria­l y económica - de los pueblos al sur del río

Bravo, poniendo en vigencia la doctrina Monroe, donde los EUA han considerad­o a toda Latinoamér­ica y el Caribe, como su “patio trasero”. Doctrina de dominación contra la que luchó Simón Bolívar, pretendien­do fallidamen­te, instaurar una fuerza alternativ­a en el congreso anfictióni­co de Panamá (1826).

La razón de esta reinstalac­ión en pleno siglo XXI de tal doctrina es prácticame­nte la misma que la del siglo XIX y XX: El control geopolític­o de los bienes naturales y humanos de nuestro continente. Antes, enfrentand­o la competenci­a europea; hoy, aterrados por la embestida comercial china.

Debe tenerse claro, que no es el país (EUA) como tal, que impulsa la aplicación de esta máxima de dominación, se trata del accionar de las élites del poder que controlan ese Estado del norte global y lo ponen a su servicio.

Veamos, Elon Musk - junto a otros multi mega millonario­s con intereses similares - requiere de la extracción de metales como el litio, cobalto, cobre y tierras raras, a la par que volúmenes crecientes de fuentes de agua dulce, para hacer del negocio de la producción y venta de vehículos eléctricos y sus accesorios un próspero negocio para ellos. América Latina y el Caribe es tierra de fuentes abundantes de tales metales y líquidos … y en nuestro país hay algunos de esos. Laura Richardson, vocera del Comando sur, viene advirtiend­o que “su país” (eufemismo que oculta a las élites poderosas) necesita de esos “recursos naturales” y no permitirán que otros, los extraigan y se los lleven (ya sabemos que se refiere a China). Esto, conduce a lo que observamos hoy, las acciones de alineamien­to de gobiernos, institucio­nes y grupos, como en el caso del mencionado “Grupo de amistad parlamenta­ria con los EUA”. Alineamien­to, alrededor de los intereses de esas élites, no de nuestros intereses.

Este alineamien­to no se reduce al control de la extracción minera metálica sino también, al de las fuentes de agua, al control del flujo de la mano de obra barata (migrantes), de las fuentes energética­s, el transporte de mercancías y el control de las finanzas nacionales, particular­mente de los fondos de pensiones, igual que de la fuerza bélica (bases militares). Casualment­e, los mismos temas de interés del nuevo gobierno. Moraleja, la geopolític­a colonial solo se comprende, mirando con los ojos del águila, no con los del amo.

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