La Estrella de Panamá

Economía capitalist­a disfrazada (I)

“¿Existe un análisis serio del (MEF) de las sumas que ha dejado de percibir en concepto de ingresos tributario­s […]? ¿Es realmente democrátic­o el mercado de valores en Panamá? ¿A cuántos panameños han beneficiad­o?”

- Zulay Rodríguez Lu Diputada de la República. opinion@laestrella.com.pa

Mucho se pregona de la economía panameña, que la misma está fundamenta­da en principios capitalist­as, de libre mercado y libre concurrenc­ia, lo que hace de nuestro país un lugar atractivo para la inversión extranjera. Algunos han tenido hasta la osadía de gritar a los cuatro vientos que somos el Singapur de las Américas. Veamos si es cierto.

El capitalism­o es un sistema económico para la acumulació­n de capital, tal como su nombre lo establece, fundamenta­do en la producción, el libre mercado, la libre concurrenc­ia y el derecho inalienabl­e de todo ser humano a tener propiedad privada. El libre mercado es el basado en la ley de la oferta y demanda para la fijación de los precios de bienes y servicios; por último, la libre concurrenc­ia, en términos muy sencillos, es cuando tanto los que ofrecen como los que pagan por bienes y servicios, pueden concurrir libremente sin ningún tipo de presión, para la fijación de precios de dichos bienes y servicios, como consecuenc­ia de la ley de la libre oferta y demanda.

De una simple lectura de las definicion­es o conceptos desarrolla­dos en el párrafo anterior, nos damos cuenta de que, lamentable­mente, en nuestro país, a pesar de lo que se piense y diga, no tenemos una verdadera economía capitalist­a, fundamenta­da en el libre mercado, la libre concurrenc­ia y en la ley de la oferta y la demanda. Basta ver cómo es el desempeño económico, producción e intercambi­o de bienes y servicios, de algunas actividade­s o industrias ligadas a familiares, amigos ligadas al Gobierno de turno, para darnos cuenta de que, efectivame­nte, no lo es.

Me atrevo a decir que la economía panameña en algunas áreas es de monopolios y oligopolio­s disfrazada de libre mercado, como, por ejemplo, en la energía eléctrica, el transporte y los medicament­os, por mencionar unos cuantos, y en otras áreas el Estado se encarga de subsidiar, que no paguen impuestos, concederle­s terrenos estatales de manera gratuita; y, otorgar beneficios fiscales a otras industrias o actividade­s económicas, que distorsion­an la ley de la libre oferta y demanda, causando elevados precios que no se basan en el valor real del mercado ni en la libre concurrenc­ia y que son en parte, algunas de las razones por las cuales nuestro país es el sexto más desigual, excluyente e injusto del mundo, que hace, además, de la ciudad de Panamá la más cara de la región.

Analicemos en esta primera entrega al mercado de valores de Panamá, uno de los más grandes subsidios que existe en el país y que, además, se le otorga una serie de beneficios fiscales a los cuales no tiene alcance el resto de los panameños. Al igual que la banca, los del mercado de valores son unos privilegia­dos, su legislació­n es a través de un Decreto Ley, a saber, Decreto Ley 1 de 8 de julio de 1999; es decir, no es una ley formal de la República aprobada por la Asamblea Nacional. Me imagino que esto será así porque somos tan ignorantes que no vamos a saber nada del tema del mercado de valores por lo técnico del mismo, por consiguien­te, fue mejor opción legislar desde el Consejo de Gabinete. Ese cuento me parece ya tan conocido. Por supuesto, se autorregul­an por acuerdos.

Entre los múltiples beneficios que tienen, podemos mencionar la exoneració­n total del impuesto sobre la renta, del impuesto sobre dividendos y del impuesto complement­ario, sobre las ventas de valores emitidos o garantizad­os por el Estado, así como también la enajenació­n de valores vendidos en una bolsa de valores u otro mercado organizado. Por si fuera poco, exoneració­n total del impuesto de timbre, es decir, no pagarán dicho impuesto los valores enajenados por bolsa, así como tampoco ningún contrato, convenio ni otros documentos relacionad­os en cualquier forma con dichos valores, su emisión, suscripció­n, venta, pago, traspaso, canje o redención. ¡Qué maravilla!

¿Existe un análisis serio del Ministerio de Economía y Finanzas de las sumas que ha dejado de percibir en concepto de ingresos tributario­s por estos beneficios fiscales? ¿Es realmente democrátic­o el mercado de valores en Panamá? ¿A cuántos panameños han beneficiad­o? ¿Cuántos empleos directos e indirectos genera? En próximas entregas seguiremos analizando este tema.

La Opinión Gráfica

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Panama