Para que la cuña apriete...
Hace unos días, el diputado morenista Porfirio Muñoz Ledo dijo que piensa crear un Frente Amplio en Defensa de la Constitución, con académicos, juristas, jueces, periodistas, intelectuales y ciudadanos en defensa inmediata de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de los órganos autónomos, además dijo qué México no puede ser “el país de un solo hombre”, haciendo referencia a las intenciones del presidente Andrés Manuel López Obrador de terminar con los órganos autónomos. El legendario Porfirio se ha manifestado, en más de una ocasión, preocupado por el rumbo que está tomando el actual Gobierno, en el que ve “tendencias concentradoras de poder peligrosas”. Y esto para que lo diga uno de los fundadores de la izquierda en nuestro país y uno de los principales compañeros de lucha del hoy Presidente, significa que definitivamente la “chiflazon” y hambre de poder de este Gobierno, comienza a dividir al partido oficial.
La historia de Porfirio Muñoz Ledo y Lazo de la Vega —es su nombre completo— no ha sido la de cualquier político mexicano. Muñoz Ledo ha defendido lo mismo a Gustavo Díaz Ordaz que a Vicente Fox y en su momento a Andrés Manuel López Obrador (a quien hoy critica). En lo personal es un personaje que no me gusta en lo absoluto, pero no podemos negar que es de lo más congruente que existe en la 4T. Como casi todos los hoy MORENISTAS; don Porfirio inició en el PRI, pero más allá de su priismo, creo que su carrera se podría englobar y definir como la de “político profesional” y eso le bastó —hasta hace poco, que decidió criticar intensamente al gobierno extremista de AMLO— la aprobación e incluso la admiración de una buena parte de la izquierda, incluso lo designaron para ponerle la banda presidencial a López Obrador (un evento entre dos notables expriistas). De hecho, tiene un pasado similar al de López Obrador, pero si el primero se convirtió en líder moral de algunos, el otro se volvió más un “político de invernadero”.
Por lo mencionado, es que los señalamientos contra la transformación de cuarta, que hoy hace Porfirio, no solo son legítimos, porque tiene razón, sino por demás interesantes viniendo de quien vienen. La propuesta del frente que Porfirio está cocinando, pretende “separarse de la oposición” (aunque realmente es la misma agenda de Acción Nacional) y de la coyuntura electoral actual (el frente opositor), lo que pretende hoy a sus 88 años, es impulsar una especie de tercera vía, es decir, ni chairo, ni fifí, que tenga por objetivo defender la Constitución y la autonomía de instituciones como el INE principalmente y todos los órganos autónomos constitucionales que fueron producto de la democratización mexicana.
Hoy López Obrador ataca la autonomía institucional sin razones objetivas y lo hace solo porque le estorba. Y es que, ante el odio y sed de venganza del presidente López Obrador contra el INE —porque piensa que en las elecciones del 2006 y del 2012 el instituto permitió que el PAN y el PRI “cometieran fraude en su contra”, la actitud de Morena y el Presidente ante los casos de inhabilitación de candidaturas — todas ellas en su mayoría de MORENA— es muy peligrosa, y ha encendido luces rojas que nos alertan del peligro que corre la democracia con las constantes descalificaciones a este organismo.
Basta hacer memoria, para darnos cuenta de que en realidad hoy esa agenda y postura del Presidente, es incongruente, porque fueron ellos (Cárdenas, López Obrador y Porfirio) quienes. al menos en el discurso, buscaban impulsar en el 94, junto a personajes como José Agustín Ortiz Pinchetti, Miguel Ángel Granados Chapa y José Woldenberg, la autonomía que hasta hoy a fortalecido la democracia. Por eso, el hecho de que hoy salga un integrante de ese grupo “súper democrático” a poner una dosis de congruencia en tiempos de crisis política y berrinches, no solo llama la atención, sino que se aplaude, porque como dicen por ahí, para que la cuña apriete, tiene que ser del mismo palo.