Podría AHMSA recuperar su nivel
Con la adquisición por Alianza Minero Metalúrgica podrían volver los resultados positivos
Altos Hornos de México puede dar un giro a su historia. La empresa siderúrgica, que en algún momento fue la más importante de México, podría volver a tener resultados favorecedores, tanto operativos como financieros, con la salida de la cárcel de Alonso Ancira, “el rey del acero”, presidente del Consejo de Administración de la compañía.
Ancira evitó un juicio por lavado de dinero y abandonó la prisión en México, a donde llegó extraditado de España en febrero de este año, tras acordar un pago el pago de 216 millones de dólares a Pemex como reparación del daño por la compraventa de la planta de fertilizantes Agronitrogenados en 2013, a cambio de 273 millones de dólares.
Esta compra estuvo en la mira del Gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador, después de que la Unidad de Inteligencia Finaciera (UIF) reveló que en la negociación, en la que participó Emilio Lozoya, quien dirigía Pemex, hubo sobreprecio, lavado de dinero y corrupción.
Con la liberación de Alonso Ancira, Altos Hornos de México continúa con los planes para vender el 55% de la participación en Grupo Acerero del Norte (GAN), sociedad controladora de Altos Hornos de México, a la Alianza Minero Metalúrgica Internacional, que lidera por Julio Villarreal, presidente de Grupo Villacero.
Todo un reto
Si bien la empresa tiene un historial de décadas de problemas financieros, la compraventa a Villarreal es una oportunidad para que la compañía logre levantar sus operaciones y también sus finanzas, que están ahogadas por las deudas desde la década de los 90. Aunque el camino luce bastante retador.
En el reporte financiero de 2020, Altos Hornos de México detalló que sus ventas se redujeron a la mitad, dado que cayeron 49.57% a 5 mil 156 millones de pesos. Su flujo operativo se mantuvo en terreno negativo, con una pérdida de 41 millones de pesos. La pérdida neta fue de 2 mil 184 millones de pesos.
Carlos Hermosillo, analista bursátil independiente, comenta que al cerrar el acuerdo de compraventa, Grupo Villacero deberá asumir las deudas de la siderúrgica de la familia Ancira, esto significa que debe pagar la liquidación de los pasivos fiscales, incluidos las deudas a algunos de los proveedores, que la empresa arrastra de 1999.
“En valor de libros, la empresa está en quiebra técnica y la implicación para los compradores es asumir las deudas y la operación de la misma, y para ello van a tener que entrarle con inyección de capital. Puede ser que continúen con el Proyecto Fénix, con el que la empresa pensaba hacer un cambio importante en la tecnología, que en la teoría es un levantamiento importante en la capitalización de la compañía”, declara Hermosillo.
El Proyecto Fénix, que Altos Hornos de México presentó en 2013, consistió en instalar una planta en Monclova, Coahuila, con nueva tecnología para elevar la producción de acero a 5 millones de toneladas anuales, desde las 3.8 millones que producía entonces.
Iván Santiago, director general de BlackBull Advisor, opina que no será sencillo que la compañía regrese a sus años de bonanza ante las cifras de su reporte financiero del año pasado. Sin embargo, ve una oportunidad de negocio ante el desempeño de los precios del acero a nivel mundial.
“La empresa necesitaría una reestructura bastante fuerte porque su deuda está cargada muy en el corto plazo, en proveedores y deudas por pagar es en donde tiene la situación más fuerte, pero ahorita con la recuperación económica el negocio del acero va muy bien. Si pudiese reestructurar la parte financiera y vender activos no productivos sí hay negocio, porque tiene el mercado, los canales de distribución y el producto que vende tiene un auge bastante importante”, declara Santiago.
Historia de crisis
Altos Hornos de México perdió el brillo como la siderúrgica más importante de México tras convertirse en el referente de la lucha contra la corrupción del presidente López Obrador. Esta situación puso contra las cuerdas a la empresa de la familia Ancira y terminó por endurecer la crisis que enfrenta desde el pasado milenio y que la tiene con las operaciones a medias.
La empresa presidida por “el rey del acero” enfrentó algunas dificultades financieras desde 1999, cuando la crisis en la industria siderúrgica elevó la su deuda a mil 900 millones de pesos, cifra que la acerera reestructuró con sus acreedores para poner fin a la suspensión de pagos en 2016.
La llegada, de nuevo, a la Bolsa, podría ocurrir en el largo plazo, en caso de que AHMSA y Grupo Villacero oficialicen el cierre de las negociaciones, coinciden los analistas. Sin embargo, este movimiento deberá también considerar un cambio de fondo, incluso en el nombre de la empresa y de la parte controladora de la misma, para poder ganar la confianza de los inversionistas.
“Todo va a depender de cómo quede la estructura accionaria porque trae un historial no muy atractivo para los accionistas y recuperar la confianza va a ser cuesta arriba para este grupo de inversionistas. Sin embargo, ya considerando la venta a un tercero cambian las circunstancias y va a depender de si Grupo Villacero toma una posición de control en la empresa porque manda una señal diferente al mercado, aunque también esto está en el aire”, puntualiza Hermosillo.
Durante el tiempo en el que cotizó en el mercado de valores mexicano, su acción alcanzó su máximo el 7 de junio de 1996, cuando el precio por papel era de 25.76 pesos cada uno. Su cotización más baja fue de 2.45 pesos por acción, el 24 de mayo de 1999. El último precio en la Bolsa fue de 2.52 pesos por título con un valor de mercado de 901.8 millones de pesos.