MAGIA Oriental
Karla Martinez de Salas nos habla del encanto de Marrakesh visto a través de la experiencia del desfile Resort de la maison DIOR, la cual abrazó impresionantes colaboraciones con artesanos y artistas marroquíes y de otros países de rica tradición TEXTIL
A principios de mayo viajé a Marruecos para asistir al desfile Resort de Dior, en Marrakesh. Llegué a mi destino al final de la tarde, justo para la cena de bienvenida, en el Bahia Palace, que es sinónimo de brillantez, construido a inicios del siglo XIX y rodeado de exquisitos jardines. Una vez en el interior del palacio nos dieron un tour por tres habitaciones, cada una de ellas repletas de diseños de Monsieur Dior, así como los creados por Yves Saint Laurent para la casa francesa de la rosa. El siguiente día comenzó con un tratamiento en el Spa Dior, del hotel El Saadi Palace. Siguió una visita a la casa de Yves Saint Laurent y su jardín Majorelle. El almuerzo fue otro hermoso evento al aire libre, en el sector Palmerai, fuera de la ruidosa Medina, a donde nos llevaron, al anochecer, para el desfile. El escenario fue un palacio del siglo XVI, con grandes piscinas reflectantes bordeadas por la pasarela y cubiertas con alfombras marroquíes.
A las siluetas tradicionales de Dior se unió el nuevo código que
Maria Grazia trabajó con la antropóloga Anne Grosfilley sobre telas enceradas y textiles tradicionales de África. La labor de
Maria Grazia se refleja a través de Bar Jackets, faldas amplias y vestidos, así como las colaboraciones con Grace Wales Bonner y
Mickalene Thomas quienes reinterpretaron la Bar jacket; el diseñador africano Pathé’O quien creó una camiseta especial que rinde homenaje a Nelson Mandela; y el trabajo en conjunto con Uniwax, una de las últimas fábricas que producen telas enceradas.
Para Maria Grazia resultó esencial interactuar con los artesanos marroquíes y unir fuerzas con Sumano, una organización cuyo objetivo es preservar las técnicas artesanales y la sostenibilidad.
Al terminar el desfile, las nubes se habían disipado y bailamos hasta el final de la noche con la música de Diana Ross. Después de ver a Marruecos a través de la experiencia de Dior, me quedé dos días más en la Medina, en el Riad Mena & Beyond. Fue una vivencia mágica en la que, sin duda, me sentí como en casa.·