Sofisticación pura
El interiorista Jaime Beriestain nos comparte en exclusiva una divina residencia palaciega con una generosa dosis de arte y luz natural, sin duda, la quintaesencia del lujo.
En el corazón de la ciudad de Ginebra descubrimos esta excepcional propiedad diseñada por Jaime Beriestain, de la que sólo podemos decir que es capaz de seducir a quien la mire. El barrio de la Cité (cerca del Parc des Bastions), zona histórica rodeada de exclusivos restaurantes, museos y galerías, es el marco de una casa memorable y elegante, en la que se palpa el lujo, pero también la serenidad y comodidad de un hogar; se trata del refugio de María Rivas, coleccionista, consejera y mecenas de arte, quien comparte con su esposo, un empresario del mundo de las finanzas, su pasión por la cultura y el arte contemporáneo.
EN EL COMEDOR SE ROMPIÓ EL ESQUEMA DE COLORES CON UNO DE LOS DIVINOS PAPELES PINTADOS A MANO DE ZUBER.
“Los propietarios estaban entusiasmados con la joya de edificio que habían adquirido y conecté con ellos al instante, pues nos unen los mismos intereses por el arte y la cultura”, recuerda Beriestain, fundador del prestigioso estudio de interiorismo y arquitectura Jaime Beriestain Studio, con proyectos alrededor de Europa, África y América. Era nada menos que el antiguo Hôtel Sellon del siglo XVIII, y con esa herencia a cuestas a los dueños les preocupaba cómo transformar un sitio palaciego, histórico y protegido, en una casa habitable.
“DISEÑÉ UNA VIVIENDA EQUIPADA CON TODAS LAS COMODIDADES POSIBLES PARA HACER FÁCIL EL DÍA A DÍA EN UN EDIFICIO PALACIEGO DEL SIGLO XVIII”.
Así que el objetivo de Jaime “fue devolverle su esencia, recuperar la sofisticación de antaño y darle la vuelta al mezclar tonos neutros y cálidos”, con toques vibrantes. “Quería crear un ambiente sofisticado y tranquilo, por ello cada habitación tiene una nota de color, como el verde en el comedor, el azul en la sala de estar o el negro en la cocina”, agrega. ¿El punto de partida para la transformación? Por supuesto, el arte. Beriestain menciona que, incluso, tuvieron una reunión para decidir de qué color sería la magnífica pieza de Anish Kapoor, artista británico nacido en India, que destaca en la sala, finalmente fue el azul y eso dio la pauta para
seleccionar los tonos que hoy día dan vida a este idílico hogar, y que le aportan una atmósfera cosmopolita. No hay habitación en la que las bellas artes no cobren relevancia, y es que la colección privada de los propietarios incluye obras del artista y poeta americano John Giorno (en el hall), entre otros creadores. Asimismo, la exquisita selección de muebles, proveniente de una serie de travesías a París y Milán, es inspiradora y un recordatorio de que la elegancia, más allá de la estética, es sinónimo de confort y calidez. Un hogar único del que sin dudarlo nos enamoramos a primera vista. ¿Acaso no sentiste lo mismo? ●