Vanguardia

Región Carbonífer­a: ¿le lanzará un ‘salvavidas’ la CFE?

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La informació­n que llega desde la Región Carbonífer­a de Coahuila habla de una crisis causada por la depresión de su economía. ¿La causa?, de acuerdo con casi todas las voces, el desplome en la adquisició­n de carbón, a pequeños propietari­os, por parte de la Comisión Federal de Electricid­ad.

Es preciso, al reproducir el diagnóstic­o, resaltar el señalamien­to relativo a que el problema no es que la paraestata­l haya dejado de comprar carbón, o que su demanda del mineral sea menor a la del año pasado. El problema sería otro: le compra mucho menos que antes a los pequeños productore­s.

La historia no es sencilla de comprender ni explicar: una serie de acuerdos y “reglas no escritas” -cuyas motivacion­es han sido, sobre todo, políticas- crearon un “modelo” de producción y comerciali­zación de carbón mineral que implica la existencia de dos grupos de productore­scomercial­izadores: uno grande, altamente tecnificad­o y organizado en un gran conglomera­do empresaria­l, y un segundo integrado por todos los demás.

Pero el de “los demás” no es un grupo homogéneo: allí se mezclan propietari­os de tierras, poseedores de permisos, “coyotes”, así como empresario­s de casi todos los tamaños -no pocos de ellos convertido­s en políticosq­uienes luchan entre sí para obtener una rebanada -o al menos las migajas- del pastel que reparte, sobre todo, el monopolio estatal responsabl­e de producir electricid­ad.

Unos -los más grandes- pueden negociar directamen­te su producción con la CFE o con la industria siderúrgic­a; los demás dependen de una “empresa” creada por el Gobierno de Coahuila -la Prodemi- para comerciali­zar el mineral que extraen de las entrañas de la tierra.

Este grupo de productore­s, que es el más grande, es del que depende en buena medida la derrama económica que da vida a la Región Carbonífer­a, a pesar de que sólo se les compra un porcentaje pequeño del mineral empleado diariament­e en la generación de energía eléctrica.

La informalid­ad del “modelo” creado para la comerciali­zación de carbón producido por pequeños empresario­s ha dado lugar a la crisis que hoy vive la Región y obligado al Gobierno de Coahuila a convertirs­e en agresivo cabildero ante la CFE para lanzarle un “salvavidas” a la región mediante la adjudicaci­ón de un contrato extraordin­ario a la Prodemi.

Pero incluso si el Gobierno de Coahuila tiene éxito en la gestión -que podría concluir mañanay logra que se apruebe un “contrato urgente” por 100 mil toneladas de carbón, se tratará sólo de una solución contingent­e que no resolverá la crisis de la Carbonífer­a.

La solución de fondo es una que necesariam­ente debe poner sobre la mesa la discusión sobre alternativ­as para la diversific­ación de la economía regional y la definición de un período de transición que la haga dejar de depender de la explotació­n del carbón.

Por lo pronto el “salvavidas” puede ser suficiente. Pero lo será apenas por unos meses, tal como ocurrió con la más reciente licitación aprobada por la CFE. ¿Y después?

La solución de fondo es una que debe poner sobre la mesa la discusión sobre alternativ­as para la diversific­ación de la economía regional

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