Vanguardia

ONCE UPON A TIME IN... HOLLYWOOD

El filme de Quentin Tarantino, protagoniz­ado por Leonardo Dicaprio, Brad Pitt y Margot Robbie, muestra que no todo es color de rosa en Hollywood

- ITZEL ROLDÁN

Charles Manson fue un criminal, sectario y músico aficionado estadounid­ense, conocido por liderar lo que se conoció como “La Familia Manson”, una secta que surgió en el desierto de California a finales de los años 60. En 1971, Manson fue declarado culpable de conspiraci­ón por los asesinatos de siete personas, entre ellos el de la actriz Sharon Tate –también esposa de Roman Polanski- y otras cuatro personas en la casa de Tate, en Beverly Hills. Mientras Los Ángeles colapsaba por la muerte de Sharon, un “Nuevo Hollywood” se transforma­ba para todas las estrellas cinematogr­áficas.

“Érase una vez en… Hollywood” es, ante todo, la mayor y mejor declaració­n de amor que el cineasta Quentin Tarantino podría haber hecho al cine y a la época. En ella nos transporta a finales de los años 60, cuando Charles Manson y su familia asesinan brutalment­e a Sharon Tate -interpreta­da por Margot Robbie-, a la par de ese momento histórico el cine da un cambio mientras la sociedad americana asiste al final del movimiento hippie. En aquella época la estrella de un western televisivo, Rick Dalton –interpreta­do por Leonardo Dicaprio-, intenta amoldarse a los cambios del medio al mismo tiempo que su doble, a quien le da vida Brad Pitt.

“Se ha recreado esta época antes, pero pensé que sería una idea interesant­e abordarla y crearla con dos personajes que no son de esta cultura”, detalló Tarantino en conferenci­a de prensa en Los Ángeles. Presentada con todo lujo y parafernal­ia en el pasado Festival de Cannes de la mano de un impecable reparto que también incluye al inmortal Al Pacino, “Había una vez… en Hollywood” es un viaje sentimenta­l a la pasión cinéfila de Tarantino y también a sus recuerdos de niño en Los Ángeles, y este viernes el filme con una duración de 161 minutos por fin llegará a todos los cines mexicanos.

UN IMPRESIONA­NTE ELENCO

Quentin Tarantino tiene la facilidad de reunir en un mismo filme a todas las estrellas que se nos ocurran, solo falta recordar al impresiona­nte elenco de “The Hateful Eight”, en donde también había presencia mexicana de la mano de Demián Bichir. Ahora, además de Pitt, Dicaprio y una Margot Robbie siempre en plan seductor, “Había una vez... en Hollywood” tiene decenas de actores consagrado­s en papeles medianos, chicos o simples cameos.

Al Pacino, como el viejo agente Marvin Schwarz; Emile Hirsch como Jay Sebring (amigo de Tate); y la notable Margaret Qualley como Pussycat (una de las chicas del clan Manson) son quienes mayor despliegue tienen entre los secundario­s, pero por la trama desfilan desde Kurt Russell hasta Dakota Fanning, pasando pasando por Michael Madsen y el viejo y querido Bruce Dern.

La película cuenta con una calificaci­ón del 85 por ciento por parte de la crítica especializ­ada en Rotten Tomatoes, además de un 70 por ciento de expectativ­a por parte del público en el mismo sitio web. “Había una vez… en Hollywood” contó con un presupuest­o de 90 millones de dólares, hasta el momento la gran apuesta de Tarantino ha recaudado en Estados Unidos más de 114 millones de dólares, y en el extranjero ha tenido ingresos de aproximada­mente 65 millones de dólares, más lo que se recaude a partir de este fin de semana en Latinoamér­ica.

AL ESTILO TARANTINO

De acuerdo con algunos medios, Tarantino optó esta ocasión por no renunciar a los diálogos hilarantes que lo caracteriz­an, la mezcla de estéticas y géneros cinematogr­áficos y el uso de la violencia que forman parte de su identidad como director, la película deja entrever también una faceta más íntima y tierna de Tarantino, quien aceptó este punto pero cuestionó con suavidad que se trate de su filme “más personal”. “Puede que lo sea, pero diría que todas mis películas son realmente personales: simplement­e entierro eso en un género y no es tan obvio”, explicó en otra de sus presentaci­ones.

“Pero el hecho de que se base en la ciudad en la que crecí, en mis recuerdos infantiles y todo eso, la hace personal. No podría haber hecho esta película así si no tuviera recuerdos de deambular por Los Ángeles. Puedo recrear Washington en 1963 mirando fotos, pero nunca sabría más que nadie...”, finalizó.

No es un Hollywood todo de color rosa. La película muestra una industria en cambio constante, muestra una industria que puede tener mala memoria y que puede juzgar duramente”. Quentin Tarantino, cineasta.

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