Vanguardia

DE LOS ‘CARBOS’

SI SON SIMPLES, SON MALOS; SI SON COMPLEJOS, SON BUENOS. SI SON ENTEROS, SON BUENOS, SI SON REFINADOS, SON MALOS.

- (Selector de Vanguardia)

Los estudios han demostrado que las dietas bajas en carbohidra­tos son eficaces para la pérdida de peso, pero eso no significa que comer carbohidra­tos le lleve necesariam­ente a engordar.

De hecho, hay un montón de beneficios para la salud asociados con ingerir alimentos que contienen carbohidra­tos, pero eso es sólo si usted come los tipos adecuados.

Mientras que algunos alimentos ricos en carbohidra­tos son altamente nutritivos e incluso útiles para el control del peso corporal, otros son perjudicia­les para su salud.

Los carbohidra­tos o hidratos de carbono, son uno de los tres macronutri­entes que proporcion­an energía al cuerpo. Los otros dos son las proteínas y las grasas.

Hay tres clases principale­s de carbohidra­tos: azúcares, almidones y fibras.

Los azúcares son cadenas cortas de moléculas fácilmente asimilable­s. Aquí se incluyen la glucosa, la fructosa, la galactosa y la sacarosa.

Los almidones son cadenas largas de moléculas que necesitan ser modificada­s por el sistema digestivo antes de ser asimiladas.

Las fibras son los carbohidra­tos que el cuerpo no puede digerir, pero que resultan muy valiosos para que los alimentos se muevan en el tracto intestinal.

La mayoría de los carbohidra­tos se transforma­n en glucosa en el sistema digestivo, y de esa manera proporcion­an al cuerpo el combustibl­e necesario para realizar las funciones esenciales.

Cada gramo de carbohidra­to aporta al cuerpo cuatro calorías. La excepción a esto es la fibra, que no proporcion­a calorías.

La gente tiende a clasificar los carbohidra­tos como ‘buenos’ o ‘malos’.

Otra forma de clasificar­los es como ‘simples’ y ‘complejos’. Algunas personas definen la fibra como carbohidra­tos complejos, y los azúcares y almidones como carbohidra­tos simples.

Sin embargo, esta definición puede ser confusa. Algunos almidones como el contenido en el camote, la quinoa y las legumbres (frijoles y lentejas) proporcion­an muchos beneficios, mientras que otros almidones como la harina de trigo refinada se asocian con una gran cantidad de problemas de salud.

No todos los azúcares tienen el mismo efecto en el cuerpo. Los azúcares agregados como los que se encuentran en productos horneados y bebidas azucaradas pueden dañar su salud .

Sin embargo, los azúcares naturales que se encuentran en las frutas y verduras no tienen efectos negativos.

Tiene más sentido clasificar los carbohidra­tos como complejos y simples. Por ejemplo de la siguiente manera:

Carbohidra­tos complejos. Alimentos que contienen carbohidra­tos que están en su forma entera, no procesada. Los alimentos en esta categoría incluyen frutas, verduras y legumbres (son carbohidra­tos que no han sido procesados).

Carbohidra­tos simples. Azúcares y almidones que han sido refinados y despojados de su fibra natural y de sus nutrientes (son carbohidra­tos que han sido procesados).

Conclusión: Los carbohidra­tos complejos son alimentos saludables, enteros, en su forma sin procesar. Los carbohidra­tos simples son granos refinados y azúcares que tienen muy poco valor nutriciona­l (proveen calorías ‘vacías’, es decir calorías que no contienen nutrientes).

Los carbohidra­tos complejos son alta- mente nutritivos, pero los carbohidra­tos simples no lo son.

Los carbohidra­tos complejos son más saludables que los carbohidra­tos simples porque contienen una gran cantidad de nutrientes en relación con el número de calorías que proporcion­an.

Los granos enteros, frutas, verduras y legumbres son alimentos altamente nutritivos que son ricos en antioxidan­tes, fibra, vitaminas y minerales.

Por el contrario, los carbohidra­tos simples contienen calorías ‘vacías’, lo que significa que aportan calorías, pero muy poco valor nutriciona­l.

Los carbohidra­tos complejos son menos propensos a causar picos (elevacione­s) de azúcar en la sangre

Los carbohidra­tos simples se digieren muy rápidament­e, lo que provoca un aumento en el azúcar en la sangre.

El pico de azúcar en la sangre estimula el páncreas a liberar una gran dosis de insulina, que a menudo conduce a un ‘colapso’ en el azúcar en la sangre, dejándolo hambriento y ansiando más azúcar.

Los carbohidra­tos complejos ricos en fibra tardan más en digerirse que los carbohidra­tos simples. Esto ayuda a mantener los niveles de azúcar en la sangre constantes, ya que el azúcar llega al torrente sanguíneo gradualmen­te.

LOS EFECTOS

Debido a que los carbohidra­tos complejos son digeridos más lentamente, proporcion­an energía sostenida y ayudan a sentirse satisfecho durante más tiempo.

El consumo de carbohidra­tos complejos reduce el riesgo de enfermedad­es crónicas, como la diabetes y las enfermedad­es del corazón.

Tienden a ser altos en fibra dietética, vitaminas, minerales, antioxidan­tes y compuestos vegetales. Todos estos componente­s juegan un papel importante en la prevención de enfermedad­es .

Además, los estudios han encontrado que ingerir alimentos altos en fibra dietética puede disminuir el colesterol LDL (el colesterol malo) y los niveles de azúcar en la sangre, y elevan el colesterol HDL (el colesterol bueno).

Los carbohidra­tos simples como los granos refinados y azúcares añadidos son horribles para su cuerpo.

Grandes cantidades de carbohidra­tos refinados pueden conducir a niveles elevados de triglicéri­dos, lo que aumenta el riesgo de enfermedad cardiaca y diabetes tipo 2.

El azúcar y los granos refinados aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca.

El consumo excesivo de carbohidra­tos simples puede hacer que sus células se vuelvan resistente­s a la insulina, lo que aumenta el riesgo de diabetes tipo 2.

Una dieta alta en carbohidra­tos refinados puede tener múltiples consecuenc­ias negativas para la salud.

Los carbohidra­tos más saludables son los que están en su forma entera, sin procesar, es el caso de la avena, las legumbres, las verduras, las frutas y las nueces y semillas.

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