Vanguardia

3 CITAS CON LA MUERTE

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Más allá de los accidentes viales y de los puentes que colapsan, hay muchas cosas que pueden matar; por ejemplo el tabaco, el alcohol y una vida sedentaria. Comencemos con un alcaloide llamado nicotina. A estas alturas usted ya habrá oído, en repetidas ocasiones, que el tabaco mata a miles de personas cada año. Y eso es precisamen­te lo que hace.

Entre más haya fumado, mayores serán sus riesgos de cáncer, de enfermedad­es cardiovasc­ulares y de enfisema pulmonar. Fumar también acelera el proceso de envejecimi­ento, porque deja la piel delgada, flácida y propensa a las arrugas.

Además, el tabaco contribuye a la oxidación del colesterol, y cuando el colesterol se oxida, se embarra en el interior de las arterias con resultados desastroso­s para el sistema cardiovasc­ular.

Fumar también propicia la producción de radicales libres, moléculas de oxígeno altamente reactivas que dañan el ADN de las células y aumentan el riesgo de cáncer.

Si usted se fuma una cajetilla de cigarros al día, tiene 20 veces más probabilid­ades que un no fumador, de terminar con un problema de salud.

Pero aunque no lo crea, hay buenas noticias: usted puede minimizar el daño e incluso revertirlo. Lo único que tiene que hacer es dejar de fumar. De una vez y para siempre.

El siguiente paso será nutrirse con ciertas vitaminas, sobre todo C, B12, betacarote­no y ácido fólico, cuatro nutrientes que le ayudarán a limpiar su cuerpo de los radicales

libres y por lo tanto a alejar el cáncer y los problemas cardiacos que estuvieron asediándol­o mientras fumaba.

Pero no vaya a la farmacia. Es mejor que busque esas vitaminas en el departamen­to de frutas y vegetales del supermerca­do. Para facilitarl­e la tarea, sólo asegúrese de poner en el carrito la mayor variedad de vegetales que pueda.

Esas dos decisiones —dejar de fumar y alimentars­e de manera saludable— lo comenzarán a alejar de inmediato de los riesgos de una muerte prematura.

UN ELÍXIR LLAMADO ETANOL

Beber en exceso no combina con una vida larga. Tomar de más es la causa de muerte prematura que sigue, después de fumar. Y si fuma y bebe, entonces usted está metido en un serio problema.

El alcohol incrementa el riesgo de enfermedad­es cardiacas, de enfermedad­es del hígado y de pérdida de hueso u osteoporos­is (lo que puede orillarlo a sufrir un accidente fatal).

Si usted toma en exceso, debe detenerse y reflexiona­r. Así de simple.

Durante los últimos 10 años se ha insistido en que beber con moderación podría ser bueno para la salud, pero hay muchos hilos pendientes de esa aseveració­n —que si el vino tinto, que si la cerveza, que si un trago, que si dos...

Dicen que ingerir una ‘pequeña’ cantidad de alcohol como parte de la comida puede ser saludable, y los investigad­ores han tratado de encontrar cuál es esa ‘pequeña cantidad’.

En esa búsqueda han llegado a la conclusión de que 150 mililitros de vino de mesa, una lata de cerveza o un trago de una bebida fuerte (tequila, whisky, brandy), pueden ser buenos para su salud cardiovasc­ular.

Pero esto no es válido para todo el mundo, ya que hay personas que son más vulnerable­s que otras a los efectos del alcohol.

Lo que sí se sabe es que mientras menos tome mejor estará.

De hecho ‘no tomar bebidas alcohólica­s’ siempre será la mejor opción

En cualquier cantidad que usted lo ingiera, el alcohol mata células en cada órgano de su cuerpo, y sobre todo en las capas exteriores de la corteza cerebral, que es donde se procesa el pensamient­o complejo (a la edad de 50 años, un bebedor tiene el cerebro de un individuo de 90 años).

El alcohol, en cualquier cantidad, puede hacer que usted se vea mayor de lo que es. Al igual que el tabaco, el alcohol hace la piel más delgada y más propensa a las arrugas.

¿Sólo el alcohol puede darle sentido a su vida? No es cierto, si acaso podría darle sentido a su muerte.

UN ESTILO LLAMADO SEDENTARIO

En los días de la primaria siempre nos preguntába­mos para qué se había inventado la clase de educación física. Nunca nos dijeron el porqué, pero ahora sabemos que allí se encuentra el germen de una vida más larga y saludable.

Es simple: la gente que hace ejerciciod­e manera regular vive más que la que no lo hace. El índice de mortalidad de la gente que se mantiene activa es la mitad de aquella que lleva una vida sedentaria.

Pero no es sólo el riesgo de muerte, es también el riesgo de desarrolla­r una disfunción severa, como por ejemplo diabetes, osteoporos­is, hipertensi­ón arterial y altos niveles de colesterol.

Usted puede lograr grandes beneficios para su vida, a cualquier edad que decida iniciar y mantener un plan de ejercitami­ento.

Un estudio realizado a más de 10 mil graduados de Harvard mostró que los hombres previament­e inactivos que comenzaron a ejercitars­e de manera regular y moderada a edades entre los 55 y los 85 años, redujeron el riesgo de muerte por cualquier causa en casi 25 por ciento, y el riesgo de muerte cardiaca en 40 por ciento.

Es bastante claro que el ejercicio mejora la capacidad pulmonar, incrementa la resistenci­a de los músculos y tendones, mejora el equlibrio, reduce el colesterol total y el colesterol malo, disminuye la presión sanguínea, incrementa la irrigación del cerebro, mantiene la mente alerta, mejora la habilidad del torrente sanguíneo para disolver coágulos y fortalece el sistema inmune.

Usted debería ejercitars­e al menos 30 minutos cada día. Para las personas de edad avanzada, la caminata vigorosa constituye el ejercicio aeróbico ideal, pero este grupo (el de la tercera edad) no debería descartar el ejercitami­ento con pesas, que genera más fuerza muscular.

Las pesas no son sólo para los jóvenes; un especialis­ta en la materia le puede ayudar a diseñar un programa que sea apropiado para usted, sin importar la edad que tenga. Sólo asegúrese de que su médico esté de acuerdo.

PARA QUE SEA VITAL

La mayoría de la gente ha cometido el error de creer en un viejo mito: la energía y la vitalidad pertenecen a los jóvenes.

A ojos de nuestra sociedad, cuando usted tiene 20 años está lleno de vida, cuando tiene 40 ya no lo está, y cuando tiene 60, está liquidado. Sin embargo, esa sabiduría no es correcta.

Ya sea que esté en la década de los 40, 50, 60 ó más allá, usted puede sorprender a los demás con su energía, empuje y vitalidad. Por

ejemplo, puede atravesar un día de trabajo de 12 horas con energía de sobra, y aún hacer el amor como en sus días de adolescent­e.

Y lo puede lograr sin curas milagrosas, sin afrodisiac­os y sin prejuicios. Esa energía y vigor están dentro de usted; sólo necesita aprender cómo desatarla. Le diremos cómo.

Antes de empezar el día

Veinte minutos de caminata y de luz natural le mantendrán en estado de alerta durante toda la jornada. Además, la caminata le dará hambre, y eso es excelente porque le permite tomar un buen desayuno para arrancar el día lleno de energía.

Proyecte su vitalidad

No permanezca sentado todo el tiempo, eso le hará parecer estático y perezoso. Muévase con frecuencia y cuando camine hágalo con agilidad. Cruce hasta el otro lado de la oficina y platique con la gente, pero sea breve; muestre la clase de apoyo y el carisma que tiene.

Trabaje sus arterias

El ejercicio no sólo le hará quemar grasa sino que le ayudará a conservar sano su corazón, y a permanecer alerta. Sin importar la edad, usted puede y debe mantenerse activo, física y mentalment­e.

No se subestime

No son los poderes mentales los que se debilitan a medida que nos hacemos viejos, es nuestra confianza en ellos. La energía no sólo debe estar en su cuerpo, también debe proyectarl­a a su mente. Para lograrlo manténgase informado acerca de lo que acontece, incluyendo la música, la ropa y la situación del país. (Selector de Vanguardia)

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