Vanguardia

Mentalízat­e antes de emprender el desafío de perder peso

Son fechas favorables para fijarnos nuevos propósitos y uno de ellos siempre está en la lista: perder peso

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MADRID.- “Más que fijarnos el objetivo de perder peso, que nos coloca en una posición más exigente y perfeccion­ista, debemos poner el foco en el proceso que nos lleve a ese fin”, explica Patricia Guzmán, experta en salud y bienestar.

“Si en el proceso te conviertes en una persona que lleva un estilo de vida saludable que se respeta y que cree que nunca se va a convertir en algo contraprod­ucente contra su propio cuerpo”, apuntó.

Por eso, insiste que es preferible que en lugar de una dieta con inicio y fin, adoptemos hábitos de vida saludable que se puedan mantener a lo largo del tiempo como parte de nuestra vida. PERDER PESO PARTIENDO DEL AUTOCONOCI­MIENTO La misión del coaching no es dar consejos nutriciona­les, sino trabajar el aspecto emocional para poder afrontar el proceso de perder peso desde sesiones individual­es.

Estas son algunas de las pautas aportadas por Patricia Guzmán, también consultora en la empresa Kemp:

• Autoconoci­miento: “Para afrontar el proceso de adelgazar hay que empezar desde el autoconoci­miento: debemos conocernos y querernos para poder cuidarnos”.

• Desafíos: Plantearse pequeños retos día a día. Si nos ponemos una meta corta desgasta menos, el largo plazo puede acabar frustrando. Fragmentar en etapas ese camino ayuda.

• El por qué del propósito: Adelgazar, sí, pero por qué. Tener claro por qué asumimos este reto ayuda a no abandonarl­o. “Si lo haces para ser aceptado por los demás o si lo haces para identifica­rte mejor con tu aspecto”, son dos motivos diferentes que pueden llevarte a dos finales opuestos.

• Identifica­r los detonantes que nos hacen comer compulsiva­mente: Es una señal que nos hace comer fuera de hora y alimentos calóricos. “Una discusión con el jefe hace que te compres una bolsa de patatas fritas o acostar a los niños y sentir el deseo de tomar algo dulce”, por ejemplo, son luces rojas que disparan en mi cerebro el impulso de comer. El cuerpo no nos pide energía, sino que las razones

por las que comemos son emocionale­s (aburrimien­to, ansiedad, para premiarnos, para desconecta­r…) y lo hacemos de forma incluso distraída y mecánica.

• Sustituir la recompensa: Si quitamos ciertos alimentos en momentos de tu vida que son un placer, un disfrute, y no le damos nada a nuestro cerebro, va a ser mas complicado cambiar de habito, buscamos la alternativ­a que a esa persona le suponga la misma satisfacci­ón, alivio o calma. Pero encontrarl­a lleva tiempo.

• Si quieres avanzar, deja a un lado las excusas: evita engañarte a ti mismo y toma las riendas de tu vida. “No puedo hacerlo”, “Estoy muy cansado” o “No tengo tiempo”, son frases a desterrar.

• Hábitos recomendab­les: ejercicio diario, tiempo para la relajación y conectarte a otras personas.

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