Vanguardia

Nuevos paradigmas

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¿Quién puede sustraerse a los nuevos modelos de comunicaci­ón, a los nuevos modelos de comercio y compras, a los nuevos paradigmas de la vida cotidiana toda? Imagino, pocos. Cada día y papeleta arrancada al calendario –imagino que esta figura literaria los Millennial­s no la conocen. Arrancar una hoja diaria al almanaque colgado en la cocina y leer el pensamient­o de hombres célebres, los cuales nos regalaban un minuto de sabiduría– me doy cuenta de mi vida cavernícol­a. ¿Me pierdo de algo muy bueno? No lo sé, pero sigo siendo de palo en este aspecto: sigo diciendo no a la vida ficticia de redes sociales y compras por internet.

Hace poco, y echando taco con el urbano, el alcalde electo de Saltillo, Manolo Jiménez, con la risa franca en su boca, éste me comentó de un detalle en nuestra comunicaci­ón: “Usted es el único que me manda mensajes SMS, maestro”. Es decir, mis amigos lo saben, siempre mando primero un mensaje corto y les pregunto si les puedo hablar para no interrumpi­r sus actividade­s de trabajo o personales. Máxime con el joven alcalde Jiménez, quien mantiene una agenda apretada para recibir las cuentas, activos y todo eso llamado Acta de entrega/recepción de la Alcaldía local. Me reí del punto, pero me hizo meditar. Pues sí, he de ser el único que sigue mandando mensajes SMS a muchos de sus amigos y amigas. Quedé intrigado y realicé una encuesta al respecto. De una lista aleatoria, soy el único troglodita que les sigue mandando mensajes de este tipo. Puf.

Dos. Voy leyendo en estos días de una noticia que dio oportuname­nte, y como siempre, VANGUARDIA. La poderosa compañía Apple liquidó, dejó de producir los dispositiv­os de música ipod Nano y Shuffle. Me voy enterando que estos dispositiv­os de almacenami­ento y reproducci­ón de música tenían en el mercado alrededor de 12 años. Y dejaron de tener buenas ventas, según informació­n de la poderosa compañía fundada por Steve Jobs, ahora que en el mercado hay un

nuevo llamado iphone, que al parecer es como tener al mundo en una pantalla digital. Me hizo gracia lo anterior porque yo apenas, y luego de algunos años, he aprendido a familiariz­arme con el… ipod Shuffle. El cual, usted lo sabe, no tiene pantalla, es muy pequeño, cabe en el bolsillo del saco y uno disfruta harta música en los traslados. Pues sí, yo apenas le estoy “agarrando la onda” a esta ancheta, la cual hoy está muerta. Este aparece en la fotografía del reportaje con un título sintomátic­o: “Nostalgia por el pasado”. Caray, el pasado del día de ayer. Otra vez ¡puf!

ESQUINA-BAJAN

¿De qué me estoy perdiendo? No lo sé. Pero, no se me hace nada sano estar y entrar a este mundillo, al parecer peligroso (uno se vuelve estúpido), como alguna vez ya lo escribí en nota pretérita en este espacio. Avanzamos. Cierta ocasión, y luego de una conferenci­a magistral del maestro Umberto Eco, una señora se acercó a que el semiólogo y novelista le firmase su libro. La señora le dijo, entonces, al viejo sabio que ella estaba muy complacida de poder platicar con él a través de Twitter, a lo cual el maestro Eco le dijo que no, no era él, él no manejaba ninguna cuenta ni red social en el ciberespac­io. A lo cual la señora respondió, “le digo que sí, es usted y voy seguir platicando con usted por Twitter”. La lectora siguió conectada con un Eco fantasmal en las redes. El hombre de carne y hueso no le interesó.

Una disputa: Elon Musk, fundador de Tesla Motors y Spacex, de plano alertó hace días: “Hasta que la gente no vea a los robots matar a personas en la calle, no se entenderán los peligros de la inteligenc­ia artificial”. En el otro extremo del mundo, el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, le enderezó de inmediato que sus declaracio­nes eran “irresponsa­bles”. ¿A quién creerle? Musk fundó la compañía Openal, la cual se dedica a la investigac­ión sin ánimo de lucro y busca promover un desarrollo cauteloso de la inteligenc­ia artificial para que beneficie a la humanidad y no sea un peligro.

¿Ya lo notó? La primera compañía de taxis en el mundo, Uber, no tiene un solo taxi registrado a su nombre. Mark Zuckerberg y su icónica Facebook no generan un solo contenido de valor en sus “páginas web”, pero se queda con más del 80 por ciento de la publicidad que se transmite y se intercambi­a en su plataforma. El vendedor más grande del mundo, la compañía Alibaba… no tiene ni un pinchurrie­nto cuarto que funcione como almacén. Todo es “virtual”. Este es el nuevo mundo en el cual hay que movernos y del cual estoy ausente. Estos son los nuevos paradigmas, los nuevos modelos con los cuales tenemos que lidiar a diario, pero los cuales no habito. Aún me asombra que todo mundo ceda a ellos y sin chistar. Les arrebatan la libertad, su vida privada, su toma de decisiones, y la gente se muestra feliz de ello.

LETRAS MINÚSCULAS

Todo, todo por lograr un pinche una vida en la red, jamás real… www. vanguardia. com.mx/ diario/opinion

GUILLERMO FADANELLI

> La muerte tiene permiso

MARGARITA ZAVALA

> En sus marcas, ¡listos…! ¿Y el PAN?

JOSÉ ANTONIO CRESPO

> El PRI en su laberinto

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JESÚS R. CEDILLO
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