¡HASTA PRONTO, MAESTRO MOLINA!
El legado de Natividad Molina para Coahuila, radica en la escuela de los actores que mantienen vivo el ejercicio del teatro, cultura por la que él luchó por erigir mediante la docencia
Nuevamente un amigo, maestro y pilar del teatro coahuilense parte de este mundo: José Natividad Molina Ramírez falleció la tarde del lunes cerca de las 13:00 horas a causa de dos infartos, mientras se recuperaba de una operación realizada el miércoles pasado.
Nati, como mejor se le conoció, nació en la ciudad de Galeana Nuevo León en el año de 1949, sin embargo llegó Saltillo en 1952, cerca de 60 años atrás, momento tras el que comenzó a involucrarse en proyectos teatrales que lo terminaron asentando en la capital coahuilense.
Fue Licenciado en Educación Artística por la Escuela Normal Superior de Saltillo, y su formación teatral se consolidó en sitios como el Centro Regional de Iniciación Artística, además de realizar un diplomado en el Instituto Nacional de Bellas Artes.
En su trayectoria realizó cerca de 80 obras bajo la dirección de su maestro José Luis Padilla y fundó la compañía Candilejas, llevando a cabo obras como “Señoritas a Disgusto”, “Matahari”, “Tercera Llamada” y “Ay el Amor”, entre otras.
Pronto fue reconocido por la reflexión social que infringía en sus obras como en el caso de “Monte Calvo” o “Psicosis”, introduciendo al público a puestas con un contenido más allá de la diversión.
Frente a las dificultades que implicaba el teatro coahuilense, Nati Molina generó conmoción entre la comunidad coahuilense al crear el Grupo Arlequín, realizado con internos del CERESO Varonil y del que surgió la puesta en escena “De Nuevo Ingreso”, donde él y sus alumnos mostraron con crudeza la dura vida carcelaria.
Es además reconocido por posicionar en el estado el género de la revista musical, principalmente con sus alumnos del Colegio México donde fue maestro por muchos años y donde comenzó a volverse notoria su influencia en el surgimiento de nuevos talentos.
El teatro como disciplina para la atención a públicos vulnerables también fue uno de sus intereses más grandes, pues además fue pionero del trabajo con niños discapacitados, llevando a cabo talleres de actuación y montaje.
Laboras como esta lo llevaron a ser reconocido a nivel nacional e internacional, haciendo mérito a la labor docente que siempre caracterizó a su trabajo, pues además fue fundador de la primera escuela de teatro en Saltillo: la Academia de Actuación Nati Molina.
El nombre de Natividad Molina es fácilmente reconocible en el origen y enseñanza de los actores y directores que hoy llevan a cabo la titánica labor del teatro en Coahuila y esta es la manera en que algunos de ellos lo recuerdan.