En Ecuador, mil 500 médicos han resultado contagiados de Covid. En México, más de 11 mil personas del sector salud
Mientras representantes de los gobiernos se reúnen en la asamblea anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para tomar decisiones fundamentales en relación con la respuesta internacional a la pandemia del Covid-19, Amnistía Internacional ha publicado un informe sobre la deplorable situación del personal sanitario en las Américas. El informe insta a los países de la región a conceder prioridad y proteger los derechos del personal sanitario durante la pandemia y después de ésta, y hace un llamamiento a Estados Unidos para que tome medidas rápidas y contundentes para garantizar la continuidad de la financiación de la OMS.
El costo de curar: Los derechos de personas trabajadoras de la
es la reducción
del salario que han aplicado a empleados de limpieza que se quejaron de trabajar en áreas de Covid-19 sin protección.
salud en las Américas durante el Covid-19 y más allá documenta cómo quienes se enfrentan en primera línea a la pandemia trabajan a menudo en condiciones inseguras con equipos de protección insuficientes y se arriesgan a sufrir represalias de las autoridades o los empleadores si denuncian su situación,
Pandemia. mientras que en algunos casos han sufrido incluso amenazas de muerte y ataques físicos. El informe pide también a los gobiernos que garanticen unas condiciones de trabajo seguras para las personas que trabajan en el área de limpieza y otro personal de apoyo que está en situación de riesgo debido a su trabajo en instalaciones de atención de la salud y residencias de personas mayores.
De 21 entrevistas –a profundidad– realizadas por Amnistía Internacional con profesionales sanitarios en Estados Unidos, México, Honduras, Nicaragua,
Guatemala, República Dominicana, Colombia y Paraguay, sólo en dos casos dijeron a Amnistía Internacional que consideraban que tenían equipos de protección personal (EPP) adecuados o casi adecuados. El resto plantearon motivos de preocupación relativos a la falta de EPP adecuados. También plantearon inquietudes relativas a bajas por enfermedad, periodos de descanso y apoyo de salud mental inadecuado en el trabajo.
Las directrices de la OMS sobre uso racional de los EPP establecen que el personal de limpieza y mantenimiento deben tener más EPP que muchos otros miembros del personal hospitalario, incluido el personal médico y de enfermería que pueden no tener contacto con pacientes del Covid-19. Sin embargo, Amnistía Internacional observó que a menudo el personal de limpieza está mal pagado, recibe prestaciones de seguridad social precarias y, en algunos casos, trabaja para empresas que no garantizan el uso de EPP adecuados. Un médico de Honduras dijo a Amnistía Internacional que veía a personal de limpieza en su hospital realizar las tareas de limpieza con las manos desnudas en zonas que habían estado expuestas a pacientes con Covid-19.
Un limpiador de 70 años que ganaba poco más de 5 dólares al día trabajando para una empresa privada en un hospital estatal de Ciudad de México dijo a Amnistía Internacional que, cuando preguntó si podía dejar de limpiar las zonas donde están ingresados decenas de pacientes del Covid-19, ya que no tenía EPP alguno y corría un riesgo especial debido a su edad, su empleador accedió, pero le redujo el salario en 16%.